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Y continúa, “es difícil de explicar. Al principio uno queda paralizado sin saber
cómo reaccionar, pero conforme van pasando los días va uno tratando de reaccionar y saber
que nada lo debe paralizar y que al final, algún día tendremos que morir.”
En su “curriculum”, si el término cabe, Thelma Aldana, una mujer de 61 años de
edad, se muestran los encarcelamientos de un presidente de la República, una
vicepresidenta y varios ministros. Paralelamente a las amenazas de muerte, ha conquistado
también la admiración de muchos colegas, periodistas y de los ciudadanos. “Me felicitan,
me piden sacarme una foto con ellos, me abrazan y lloran. A mí me dan ganas de llorar
también.” Agrega a sus palabras esta alta funcionaria guatemalteca. Sin embargo, los días
más negros que ha pasado, fueron en el mes de junio de este 2016. Las amenazas
aumentaron, a tal extremo que el gobierno tuvo que pedir a la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH), que dicte medidas cautelares para garantizar su seguridad y la
de su familia. Fue cuando la oficina del alto comisionado de la ONU denunció esas
amenazas contra su vida y solicitó que las medidas para protegerla sean efectivas; incluso,
la embajada de los Estados Unidos en Guatemala, ofreció ayuda para su protección.
Es cuando ella dice que confía en su equipo de seguridad pero más que nada, en
Dios, y acepta que, en definitiva, todo tiene un final y recuerda una frase del escritor
estadounidense OG Mandino, sobre el arte de vivir cada día como si fuera el último y
señala que, a pesar de las circunstancias, está contenta, tomando precauciones pero sin bajar
la guardia. “Y (estoy) trabajando con más ganas, porque sé que eso es lo que le molesta a la
criminalidad, que se enojen más, pero voy a cumplir hasta el último día que Dios me
conceda vida, con mi obligación que es enfrentar a estas mafias criminales de Guatemala.”
Dice. Y es que los tiempos son especialmente duros y peligrosos para los administradores
de la justicia en todo el istmo centroamericano y no hay diferencia entre Guatemala y las
demás naciones; es decir, meter a la cárcel a los malhechores, es un riesgo redoblado que
viven jueces y fiscales. Thelma Aldana solamente es el ejemplo de esa situación donde la
vida no vale una vez que se ha puesto en su lugar a la delincuencia.
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Los Niños Viajeros Solitarios
ISTMO CENTROAMERICANO-Quizás la cifra no sea mucha, pero tratándose de niños
nos deja con la boca abierta por la sorpresa, la triste sorpresa. Hasta el mes de julio del
presente 2016, 26 mil pequeños llegaron a la frontera entre México y los Estados Unidos.
Todos ellos iban solos; es decir, sin compañía de ningún adulto, que es lo más inquietante.
¿Dónde están sus padres, sus familiares más cercanos? ¿Quiénes les dieron permiso para
hacer semejante travesía por México? ¿Quiénes tomaron la decisión de marcharse ilegales,
sus padres o ellos mismos? Son muchas las interrogantes y pocas las respuestas. Pero en lo
que sí estamos seguros es que han emigrado por la misma razón de sus hermanos y amigos: