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siendo un modelo muy vigente en nuestras aulas, ya que muchos de sus
supuestos son explícita o implícitamente asumidos por numerosos profesores de ciencias, que en su día también aprendieron la ciencia de esta
manera ¿Cuáles son esos supuestos sobre la educación científica?...
Supuestos y metas de la educación científica
La enseñanza de la ciencia, como sucede en otras áreas, ha asumido
tradicionalmente la idea de que ambas formas de conocimiento son perfectamente compatibles, de modo que la mente de los alumnos está
formateada para seguir la lógica del discurso científico y que por tanto la
meta de la educación científica es llenar esa mente de los productos típicos de la ciencia: sus saberes conceptuales.
De hecho aquellos alumnos que no tengan la mente así formateada, que
no son pocos, no pueden seguir el discurso científico e idealmente, según este enfoque, deberían ser excluidos de la educación científica, ya
que al fin y al cabo ya se sabe que no todo el mundo tiene las capacidades
necesarias. El conocimiento científico se asume desde esta posición como
un saber absoluto, al menos como el conocimiento más verdadero posible, el producto más acabado de la exploración humana sobre la naturaleza, y por tanto aprender ciencia requiere empaparse de ese conocimiento, reproduciéndolo de la manera más fiel posible.
Esta posición, cercana a lo que hemos llamado realismo interactivo, asumiría que la ciencia nos permite conocer cómo es realmente la naturaleza
y el mundo y que, por tanto, aprender ciencia es saber lo que los científicos saben sobre la naturaleza.
Todo lo que el alumno tiene que hacer es producir ese conocimiento, o si se
prefiere incorporarlo a su memoria. Y la vía más directa para lograrlo será
presentarle mediante una exposición lo más clara y rigurosa posible ese
conocimiento que tiene que aprender. Para ello hay que seguir la ruta, la
lógica, marcada por los propios saberes disciplinares tanto en la formación
de los profesores, que debe basarse también en la presentación los últimos
avances científicos, como en el propio desarrollo del currículo.
Criterios para seleccionar y organizar los contenidos
En este enfoque, el único criterio al que se acude para determinar qué
contenidos son relevantes y cómo hay que organizarlos en el currículo es
el conocimiento disciplinar, entendido como el cuerpo de conocimientos
aceptado en la comunidad científica. El calor, la energía o la ionización se
enseñan, no por su valor formativo para los alumnos, sino porque son
contenidos esenciales de la ciencia, sin los cuales ésta no tiene sentido.