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MANUAL DE ESTRATEGIAS DE ENSÑEANZA / APRENDIZAJE
Un currículo será mejor cuanto más científico sea, es decir, cuanto más
académico resulte. La eliminación o reducción de contenidos disciplinares
es decir de los tradicionales contenidos verbales se considera una
trivialización o reducción de la propia educación científica. Además, los
conocimientos suelen presentarse como saberes acabados, establecidos,
trasladando a los alumnos una visión estática, absoluta, del saber científico, de forma que las teorías ya superadas o no se enseñan o se presentan como saberes abandonados, conocimientos marchitos que en suma
ya no son científicos, y por tanto que no es necesario aprender.
Pero si el criterio para organizar y secuenciar los contenidos en el currículo debe ser únicamente la lógica de l a disciplina científica correspondiente, algunas teorías del aprendizaje pueden ayudar a formular criterios disciplinares más eficaces para establecer esas secuencias. Así, la
teoría instruccional de GAGNÉ (1985) ayuda a jerarquizar los contenidos
disciplinares siguiendo un proceso inductivo, de lo simple a lo complejo,
basado en el análisis de las tareas de aprendizaje. Por ejemplo, la tabla 2.
presenta una jerarquía para enseñar a los alumnos a organizar datos numéricos en una tabla de doble entrada. La enseñanza y el aprendizaje de
esa habilidad debería proceder de abajo a arriba en esa tabla. Como puede verse, cada uno de los conocimientos que están en la parte superior
de la figura tiene como requisito el dominio de otros conocimientos subordinados sin los cuales su enseñanza no será posible. Asimismo los
criterios de secuenciación se basan en un análisis del contenido disciplinar, en este caso matemático.
Actividades de enseñanza y evaluación
Si la ciencia transmite un saber verdadero, avalado por las autoridades
académicas, el profesor es su portavoz y su función es presentar a los
alumnos los productos del conocimiento científico de la forma más rigurosa y comprensible posible. El verbo que define la actividad profesional
de muchos profesores es aún hoy explicar la ciencia a sus alumnos; y el
que define lo que hacen sus alumnos suele ser copiar y repetir.
Las «clases magistrales» se basan en exposiciones del profesor ante una
audiencia más o menos interesada que intenta tomar nota de lo que ese
profesor dice y se acompañan con algunos ejercicios y demostraciones
que sirven para ilustrar o apoyar las explicaciones. Así, aunque cada profesor desarrolla de forma más o menos intuitiva sus propias rutinas
didácticas, este tipo de enseñanza implica idealmente una secuencia de
actividades como la que refleja la secuencia que se presenta a continuación. A partir de la propia teoría de GAGNÉ (1985) antes mencionada.
Puede observarse que toda la dinámica de la sesión didáctica está dirigi-