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Criterios para seleccionar y organizar los contenidos
Los criterios para seleccionar y organizar los contenidos siguen siendo,
exclusivamente disciplinares, si bien en este caso esos conocimientos
disciplinares no constituyen saberes estáticos, ya acabados, sino problemas a los que enfrentarse en busca de una solución. El currículo se organiza en torno a preguntas más que en torno a respuestas. Por ello, cabe
pensar que la propia historia de las ciencias debe desempeñar un papel
esencial en la organización y secuenciación de los contenidos. Se tratará
de replicar ciertos experimentos cruciales y de situar al alumno en el
papel del científico.
Asimismo la enseñanza y la aplicación del «método científico» debe constituir uno de los ejes vertebradores del currículo. Desde el punto de vista
psicológico, ello implica que los currículos asuman en buena medida el
desarrollo de un pensamiento científico o formal en los alumnos, ya que
ello asegurará el acceso a los contenidos conceptuales más relevantes.
La ciencia no sería tanto un conjunto o sistema de teorías para interpretar el mundo como un método, una forma de acercarse al mundo e indagar sobre él, de modo que, desde el punto de vista de los contenidos del
currículo, se asume que la ciencia es ante todo un proceso (WELLINGTON,
1989).
Igualmente, este enfoque, a diferencia de la concepción más tradicional,
estará orientado también a fomentar en los alumnos las actitudes propias
de los científicos, ya que los estímulos o motivos que favorecen el aprendizaje de la ciencia deben ser los mismos que mueven a los científicos
(WAGENSBERG, 1993) No se trata de hacer de los alumnos pasivos receptores de información sino investigadores activos de la naturaleza.
Actividades de enseñanza y evaluación
Como puede preverse, las actividades de enseñanza deben asemejarse,
según esta concepción, a las propias actividades de investigación. Dado
que el método científico es también el método de enseñanza, de lo que se
trata es de diseñar escenarios para el descubrimiento y de hacer que el
papel del profesor y de la didáctica se haga lo menos visible. Hacer ciencia y aprender ciencia es lo mismo. El profesor debe facilitar el descubrimiento de los alumnos a partir de ciertas actividades más o menos guiadas. Aunque existen diferentes propuestas para el desarrollo de esas
actividades de descubrimiento, una posible secuencia podría ser la presentada en la siguiente secuencia a partir de los análisis de Joyce y
Wel(1978)