METAÉTICA PSICOLOGÍA SOCIAL | Page 90

Ahora hagamos una recapitulación: el poder espiritual siempre ha sido ostentado por la casta guerrera. ¿Por qué? Porque en su sangre, o su inconsciente personal, se siente más clara y por ende más pura, la naturaleza extradimensional del principio de originación, que necesariamente es antitético u hostil a la dimensionalidad, pues participa de la infinitud, y no puede ser mensurado. De ahí que lo guerrero representa REALMENTE esa naturaleza antidimensional, o antimaterial del principio de generación u originación. Y este es el “liev motiv” de toda Metaética, desarrollar sufienciéntemente el lenguaje y sus aserciones sémicas indispensables para tener la capacidad de distinguir gnoseológicamente entre espíritu y alma. Para entrever mejor esta comparación entre el poder espiritual y el temporal hay que hacer una aproximación psicológica que nos ayude a desentrañar estas significaciones. La función regia se sostiene en la sangre, y la sangre por su permanencia trascendente y atemporal es como una piedra. La espada son las aristas, las presencias de la sangre que contienen todo el sentido posible; esta potencia de las presencias de la sangre no es manipulable desde los sujetos psicológicos, o mejor dicho, los sujetos psicológicos son impotentes para sostener esta potencia; por eso la “espada” permanece atrapada en la “piedra”, el caudal milenario que contiene la potencia racial; en algún “lugar” del tiempo. Sólo el Rey, quién ostenta REALMENTE la función regia podrá liberar la espada; Es decir, sólo aquel que es capaz de vincularse o siquiera vislumbrar el principio de originación, el “Vrill”, podrá apoyarse en la coyuntura y “sacar” la “espada” de la “piedra”, o lo que es lo mismo, expresar el CARISMA QUE ESTA IMPREGNADO EN ESA MEMORIA RACIAL EN CADA UNA DE LAS PRESENCIAS DE LA SANGRE, QUE JUNTAS SON LA POSIBILIDAD PURA DE LA RAZA. El poder consiste en hacer mi voluntad e imponerla. Ese es el significado de “poder”. Hay tres formas de imponer la propia voluntad, una, la “legal”, apoyada en el principio de originación, la legítima, es mediante el carisma, que es el poder de convocar todo el sentido posible y evocarlo colectivamente. Las otras dos formas usurpan la función regia: la fuerza y la dádiva, el dinero. Y estas formas de ostentar la función regia son propias de un colectivo social decadente, acéfalo, sin líder de sangre pura. El “Graal”, o como símbolo asimilado por el judeocristianismo, el “Grial”, “copa”, representa ese poder de originación, es el aval de la función regia, más allá de toda ley propia de las dimensiones inferiores a su ORIGEN, que refleja la belleza intrínseca de lo puro, de lo ORIGINAL, y confirma la función regia por el sentido que sólo puede generar lo increado, el ORIGEN. Afortunadamente existe una secuencia fílmica que expresa esta idea del desafío y rebeldía graciosa de Lucifer, cuya Gema dejada en Arras, es garantía de la última aproximación de la humanidad al principio de originación. Vamos a describir la secuencia, pero antes expresaremos la idea del “Graal” de Don Germán Grundy, uno de los gnósticos más esclarecidos de los últimos tiempos: “Lucifer se aproxima al universo de el Uno, y deja caer una gema de su corona con gracia divina, infinitamente seguro de su belleza original…y ese reflejo deja helados de terror a quienes se tenían por los más grandes creadores - 90 -