METAÉTICA PSICOLOGÍA SOCIAL | Page 89

CAPÍTULO SÉPTIMO. META-CONCEPTOS.
1. La Teoría del Poder y la Leyenda Arturiana.
En principio la cultura sostiene una visión seudo moderna instaurada en la alta edad media por Gelasio. La visión gelasiana esta fundada en la existencia de dos poderes: el temporal y el espiritual. Según esta teoría ostentar el poder espiritual es estar por encima de la temporalidad, es decir, para Gelasio la Iglesia esta por encima del Estado.
Esta visión esta deformada, pues niega el Principio de Originalidad, que es esencialmente atemporal; ergo, el principio de originalidad es esencialmente superior a la temporalidad. Todo proceso de las entidades materiales es temporal, y esto es visible en su ciclo progresivo de emergencia, desarrollo( tiempo de utilidad) y perecimiento.
El principio generador no puede ser ni espacial ni temporal sino completamente trascendente a las dimensiones inferiores donde se desarrolla el proceso entelequial de las entidades materiales. Es más, es del todo posible que el principio de originación tenga que ver con la formación de las diferentes dimensiones, puesto que como principio de originación, podría requerir de la dimensionalidad para plasmar las entidades originadas. El tiempo, es una dimensión, por lo tanto es posterior, o si se quiere, GENERADO, por un principio de originación o principio generador.
Es por esto que decimos que el Estado es a-priori del tiempo, y por lo tanto la teoría gelasiana esta viciada de nulidad, ya que invierte el sentido de la verdad asignando a la religión el poder espiritual que esta vinculado al principio de originación. En otras palabras, el espíritu es el principio de originación, el alma es una entidad procedente, es decir, que emana del principio de originación, por lo tanto el alma debe someterse a un proceso de temporalidad, o proceso dimensional, para emerger desde el origen.
Esto no es nuevo, Arrio dio pie a toda una corriente herética al afirmar que el Cristo como emanación del Padre, es AUTÓNOMO y no consubstancial con este, como afirma el dogma católico: la consubstancialidad de Cristo y el Padre, que ambos son Uno y Él Mismo.
Bien, el seguimiento del viaje del alma por las regiones dimensionales se hace a partir de las religiones y cultos, y siempre se realiza desde un tipo de construcciones diseñadas para modelar los procesos energéticos de la psike, llamadas tem-plos, pues representan la dimensión tem-poral, o son la contraparte de la dimensión tem-poral en el plano material. Esta demás agregar que el cuerpo físico esta signado como tem-plo de la psike o alma.
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