Por eso Alejandro el Magno, Gengis Khan, Atila, Napoleón, resultan para los ojos del“ observador” unos grandes incomprendidos, y las biografías así reseñadas, no nos aportan nada sobre sus motivaciones axiológicas; la historia los retrata como“ conquistadores”, por lo mismo,“ megalómanos”,“ despiadados”,“ bárbaros”,“ locos”,“ antidemocráticos”, en fin; Lo mismo para personajes de clara simbología escatológica; Sidharta, Mahoma, Manes, el mismo Jesús, son solo hombres“ místicos”,“ ascetas”,“ iluminados”,“ íconos” de dudosa existencia histórica, alrededor de los cuales un grupo de“ fanáticos” fundaron sextas religiosas.
Pues bien, el hombre y la mujer occidental, para evitar fagocitaciones, es decir, convertirse en fanáticos si tienen el atrevimiento de ir más allá en la comprensión del símbolo o hecho cultural, asumen una posición escéptica que los priva de información vital para satisfacer sus propias necesidades ontológicas, sin darse cuenta que aunque traten de sustraerse, fueron, son y serán protagonistas del hecho cultural, sino en las causas, de seguro en los efectos o finalidades. Y ESTO DEBE COMPRENDERSE BIEN, TODO ENTE, OBJETO CULTURAL, HECHO NATURAL, CULTURAL Y MORAL, TIENE UNA FINALIDAD QUE CUMPLIR A TRAVÉS DE LA ENTELIQUIALIDAD DESIGNADA POR LAS LEYES UNIVERSALES. Y DE ESTE, LLAMÉMOSLO, CENTRO DE GRAVEDAD TELEOLÓGICO, NO ESCAPA NI LA MÁS MÍNIMA PARTÍCULA, MUCHO MENOS EL SER HUMANO.
DEBEMOS AFIRMAR QUE SOLO LA META-ÉTICA PUEDE OTORGAR AL HOMBRE OCCIDENTAL LA CAPACIDAD DE ENCARAR EL ESTUDIO DEL HECHO CULTURAL SIN ERROR GNOSEOLÓGICO, Y LO QUE ES MÁS IMPORTANTE AÚN, COGNOCER LOS MOMENTOS DE VALOR ABSOLUTO, SIN SER FAGOCITADOS EN EL PROCESO.
3. Los Arquetipos y el Hecho Cultural.
Explicamos que los arquetipos universales quedan por mucho, fuera de nuestro estudio, ya que para cognocerlos debemos asumir previamente una meta-ética. En cuanto a los arquetipos psicoideos, son la base, el esqueleto, alrededor del cual se sostiene el hecho cultural, y por lo mismo, trataremos de brindar algunas pautas gnoseológicas para comprender este proceso complejo de las superestructuras.
Hemos visto en nuestra aproximación a los ámbitos psicológicos, que los símbolos que emergen hacia la esfera de luz o conciencia plantean un enfrentamiento o tensión energética que captura la atención del sujeto durante su despliegue. Es decir, el símbolo emergente utiliza la energía psíquica del individuo para llegar a su entelequia. El sentido que ponemos al ente es determinado por nuestra propia estructura cultural. Dicho de otro modo, el VALOR RELATIVO que sostiene axiológicamente al objeto, es determinado por la cultura que ha sido estructurada, construida, por el propio individuo, con la influencia de factores hereditarios, sociales y ambientales, conformado su personalidad psicológica. Entonces el símbolo emerge por el umbral de conciencia, y se enfrenta al sujeto conciente en la esfera de luz, y la poderosa
- 61-