energía psíquica que sostiene la estructura cultural, es aprovechada por el
arquetipo, y el despliegue se concreta inevitablemente. Cuando nos
enamoramos, o nos enfermamos, nos estresamos o resentimos, estamos en
presencia de un símbolo arquetípico que esta estructurándose para alcanzar su
entelequia.
Ahora bien, hemos recordado estos procesos, para comprender el despliegue
de un arquetipo psicoideo en el ámbito de la cultura externa. Y si reflexionamos
sobre esto, veremos que la analogía nos es de mucha utilidad, ya que UN
HECHO CULTURAL ES LA MANIFESTACIÓN DE UN ARQUETIPO
PSICOIDEO EN LA CONCIENCIA COLECTIVA. Esto quiere decir que el
proceso de emergencia de un arquetipo es similar al proceso de emergencia de
un símbolo, pero ya no en la esfera de luz interna de un individuo, mas bien, en
la esfera de luz macrocósmica o ámbito cultural de un SUJETO COLECTIVO.
El “hipismo”, la cultura de la paz y el amor, emergió en la esfera de luz colectiva
a través de importantes y traumáticos hechos culturales: la irrupción de la
cultura psicodélica, de Elvis y los Beatles, la liberación sexual, las doctrinas de
izquierda mitigada, “Wodstock”, etc.; Y estas superestructuras culturales
ubicaron y capturaron a hombres y mujeres clave para lograr sostenerse en la
esfera de luz colectiva hasta el día de hoy, y los íconos están ahí para
corroborarlo: John Lennon, Mahatma Ghandi, Jimmy Hendrix, Janice Joplin,
Carlos Castaneda, marihuana, cocaína, alucinógenos; Y, obvio, los personajes
iconográficos que deben asumir: “estrella de rock”, gurus, iluminados,
psiconautas, drogadictos, alienados, fans. Todos superobjetos de la
superestructura cultural sostenidos por la energía psíquica de millones de
incautos seducidos por el poder mnuminoso del símbolo, que es sostenido a su
vez por arquetipos psicoideos que se despliegan en hechos históricos
periódicamente, como si todo fuera digitado por una mano invisible. Ya decía
Martha Sánchez en un éxito de los noventa: “Somos unas marionetas, alguien
mueve los hilos, ¿quién gobierna mi mente... junto a la de los demás?.... ¿que
poderes en la sombra juegan con mi voluntad?...una maquina nos nombra,
para podernos controlar... Dime la Verdad... dime tu secreto...”
Con este contexto, podemos aplicar la formula a cualquier hecho cultural: el
marxismo, el capitalismo, la revolución industrial, la globalización, la caída de
las torres gemelas, de la bolsa de valores, excusas del sistema para provocar
hambrunas, guerras, terror, inseguridad y desplegar su poder de control político
y mediático. También los hechos culturales “negativos”, no tolerados por la
cultura, como la irrupción del fascismo, el nacional socialismo, el revisionismo,
la contracultura, la mafia, etc.; Límites impuestos, de los cuales nadie puede
pasar pues la gran mentira y su paradigma democratizante, paz social y
mercantilismo despiadado, perderían sentido y la gente alertada podría
reaccionar, y finalmente, despertar.
Para finalizar este capítulo diremos que los arquetipos siempre han estado ahí,
dispuestos a desplegarse cuando exista la superestructura del hecho cultural
que los actualice, y los esclavos económicos del mañana que aporten el
necesario diezmo psicológico. Y aquí radica la importancia de su estudio para
tener conciencia y pleno conocimiento de la necesidad de comprender estos
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