METAÉTICA PSICOLOGÍA SOCIAL | Page 21

del ser humano, que esta demás decirlo, es fundamento del hecho cultural, y es por ello que surgen serios problemas a la hora de recomponer lo que se ha fragmentado para el análisis. Veamos el rigor científico con el cual se entrega a la conquista de saberes académicos, acumulando información, totalmente enfocado al mundo sensorial y variable de los mecanicismos complejos, tan alejado de la actualidad del hecho cultural en la que necesariamente esta inserto y ante la que es impotente a la hora de la verdad. Aglutinado en superestructuras gigantescas que el mundo moderno requiere para su manifestación cultural, el sentido solo puede adosarse a los objetos culturales, porque ya no hay siquiera reminiscencias de significados originales y arcaicos, estos han sido relegados a la esfera del inconsciente personal y colectivo. Si emergen serán reprimidos por la esfera consciente que no puede soportar la poderosa potencia de los símbolos raciales. No hay soluciones visibles para la psicología racionalista de occidente que es impotente ante el desborde de las psicopatías resultantes. El hombre moderno, lejos de las significaciones originales del ancestro que sabía muy bien quien era y de donde venia, tiene un concepto tan vago de sí mismo, que cree ser solamente un mono evolucionado, lo que conduce a ser un animal racional y seguir un camino de dolor para llegar a ningún lado. No es raro ver que exista tanta pobreza moral e impotencia anímica en este “renacuajo evolucionado” que ahora tiene entre sus manos pomposos tratados de libre comercio, bombas de hidrógeno y serios problemas de incontinencia. La masificación, resultado de la democratización de todo, es decir, que el colectivo tiene derecho a todo, aún si no esta capacitado y debidamente preparado para asumir responsabilidades de semejante magnitud, ha dado como resultado la insuficiencia de los servicios básicos: salud, educación y trabajo, pero también la gran oferta de servicios profesionales varios, sobretodo abogados, médicos y administradores, que ha saturado el mercado laboral y ha creado un nueva forma de crisis social: el abuso colectivo. Ya lo dijimos al principio, EL HOMBRE ANTIGUO TENÍA UNA CULTURA DE INTROSPECCIÓN HACÍA LA CENTRALIDAD DE SÍ MISMO. En contrapartida, el hombre de nuestros días tiene una cultura de extraversión hacía los objetos culturales, que asoman en su horizonte de significación carente de códigos semióticos arcaicos, ancestrales, en su esfera consciente, por lo tanto es vulnerable al poder de seducción de la sociedad de consumo. Esta situación de re-versión se manifiesta a través de la CULTURA sostenida por el aparato sistémico: organizaciones multilaterales cuya actividad gira preponderantemente alrededor del COMERCIO, fundamento de todo pacto cultural que propicia la sumisión a los estándares de vida “burgueses”. Consumismo compulsivo: gama de objetos culturales, bienes desechables, automatismo, tecnologías aplicadas para tornar al mundo más complejo y dependiente de los comerciantes y/o fabricantes. Una visión entelequial de un hombre futuro que ya no necesitará del trabajo manual para sobrevivir, pues - 21 -