energía para la evolución de sus entelequias. Por eso el sistema ha ido creando una formidable RED DE ILUSIONES, con el fin capturar a los sujetos que pertenecen a este tipo psicológico.
Este tipo psicológico, desdeña el uso de la razón y la emoción, como elementos cardinales de su mundo psicológico, y los substituye por la metacognición, o intuición simbólica. Es decir, es como un niño, donde se sobreponen los contenidos arcaicos de su inconsciente, a las costras culturales del sujeto colectivo, la cultura y el medio ambiente.
Es por eso que este tipo de sujetos tienden a ser gnósticos, para utilizar un término menos estigmatizado por la cultura, autodidactas, que es obtener conocimiento del pensar por y desde sí mismo. Dentro de esta tipología se encuadran autodidactas en todos los contextos como ser artistas, líderes, conquistadores, deportistas, innovadores, creadores, solipsistas originales, solitarios, aventureros, reformadores, revisionistas, inconformistas, buscadores, inventores, en fin, sujetos siempre NOTABLES, aristocráticos, sobresalientes, que de una u otra manera, consiente o inconscientemente, persiguen una individuación, escapando de la corriente paradigmática de la cultura y las tipologias universalmente aceptadas.
Este grupo de sujetos vive en función del desequilibrio psicológico, en pos de estados alterados de conciencia, y por lo mismo, no son abarcables para un estudio científico, que se ajusta siempre a pautas predeterminadas. En este tipo abunda mucho la tendencia psiconauta, aunque de manera diferente a la tendencia psiconauta sacralizante, pues las más de las veces logran zafarse de las dependencias psicotrópicas.
Al contrario de los lúdicos, logran manifestar altos niveles de dramatismo en las relaciones con símbolos y entes diversos, y al contrario de los sacralizantes, logran suspender las tensiones dramáticas, las dependencias psicológicas resultantes, liberándose de las ataduras kármicas, o desajustes energéticos que por lo mismo, desequilibran sus estructuras psicológicas. Es decir, en ellos es preponderantemente relevante y notorio, el rasgo diferencial por excelencia, la fuerza volitiva.
Estos individuos manifiestan inclinaciones hacia la“ cultura” bélica, ensoñación epopéyica, rebeldía heroica, a las artes marciales y guerreras, predisposición hacia la melancolía, hacia el recuerdo y reminiscencia del pasado ancestral. Por eso en estos sujetos puede canalizarse la facultad anamnésica. Es muy importante para ellos el cumplimiento y la eficacia de la palabra empeñada. Generalmente son, o lectores terriblemente disciplinados, o no leen nada en absoluto, confiando únicamente en el poder de su intuición simbólica. Manifiestan una predilección por la soledad, lo que generalmente les impone una pobre vida social. Lamentablemente, son románticos a ultranza, y llegan a formular complejos idilios amorosos, que rara vez pueden concretarse fuera del ámbito platónico imaginario. Esta gran debilidad se hace patente en su relación con el sexo opuesto, y las relaciones se hacen inestables y tormentosas. Como afirma Jüng, son tenaces y desinteresados, por lo que tienden a dejar las cosas a medias. Pueden ser terriblemente fríos, y desapegados, como también
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