METAÉTICA PSICOLOGÍA SOCIAL | Page 106

CAPÍTULO OCTAVO. DEONTOLOGÍA COMO ÉTICA PSICOLÓGICA. 1. Corrientes Deontológicas. Existen dos posturas que sigue la ética psicológica: la deontología rigurosa o radical, y la deontología mitigada. Ambas son desdoblamientos psicológicos. La deontología es, por antonomasia, ética, y la ética siempre es psicológica. Contextualicemos. Vamos a tomar el significado que le asigna la enciclopedia Sopena al término “Deontología”: “Ciencia o tratado de los deberes y derechos”. Es decir, en cuanto a los “deberes”, trataría de responder a la pregunta: ¿Qué debo hacer con la cosa? ; Connotando un carácter necesariamente axiológico. Y en cuanto a los “derechos”, trataría de responder a la pregunta: ¿Qué puedo saber de la cosa?, connotando un postulado estrictamente gnoseológico, y además, teleológico, puesto que siempre esta implícita una finalidad, que a su vez, debe ceñirse a un régimen moral. Por eso la deontología es normativa, y desde el decálogo del Pentateuco, hasta los ordenamientos constitucionales modernos, encuadran el “deber” que debe manifestarse en el conciente colectivo, en la esfera de luz del sujeto globalizado, relegando los contrastes, las prohibiciones, hacia el inconsciente colectivo. Notamos que los postulados deontológicos tienden hacia una finalidad, y los contrastes de dichos postulados, la marca dialéctica, es relegada, y por lo mismo, sujeta de incomprensión, es decir, inconsciente. A todas luces, y por todo lo expuesto hasta aquí en este tratado, podemos apreciar el psicologismo intrínseco de la ética y la moral. La moral siempre debe manifestarse, MOSTRARSE, lo a-moral, debe permanecer en la sombra, íntimamente; y esta “doble moral”, prima en las tendencias actitudinales del sujeto individual y colectivo. Sin esta dualidad los sistemas, estructuras, y macro-estructuras, carecerían de funcionalidad, y esta claro que sin funcionalidad operativa, todo colapsaría indefectiblemente. Sin “idea” de fascismo, no podría funcionar el marxismo, sin “idea” del contraste, no funcionaría el decodificador analógico que los “cientificistas”, un tipo riguroso de deontólogo normativo, llaman cerebro y razón. A partir del iluminismo y la revolución francesa, se instaura en el mundo el postulado positivista, y un positivista es un deontólogo normativo riguroso. Al circunscribirse a la evidencia material, relega todo lo que no es capaz de comprender a una esfera de especulación, convirtiendo la metafísica, pilar del mundo antiguo, en una mitomanía carente de sentido. El problema es que todo lo que no tenga algún sentido para el racionalista, debe ser eliminado como opción cognoscible, y por eso los ateos, agnósticos, escépticos, abundan en este tipo psicológico, que en nuestro actual contexto del siglo XXI, este ahora, y lamentablemente, agregaremos, son abrumadora mayoría en occidente. - 106 -