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Ruiz Legido O- EL ESPACIO DEL USUARIO
EL ESPACIO DEL USUARIO

¿ Cómo se Un forman modelo las generaciones de Farmacia Comunitaria de nuevos como médicos de servicio familia? público

Porras Martín Ruiz P Legido O
Presidenta Presidenta SAMFyC FACUA Andalucía
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia( CNMC) han vuelto a generar el debate sobre el modelo de farmacia en España con su reciente informe sobre el mercado de distribución minorista de medicamentos, publicado el pasado mes de octubre. El organismo regulador de competencia insiste en su idea de liberalizar la venta de medicamentos en nuestro país. Las recomendaciones de la CNMC suponen una identificación plena del medicamento como producto de consumo y una mercantilización de la dispensación farmacéutica, anteponiendo valores de mercado a los de regulación y protección de la salud pública y el interés general.
En su estudio, la CNMC obvia las políticas de uso racional del medicamento y la protección de la salud pública y analiza el fármaco y su distribución como un producto de uso y consumo más, equiparando su venta a una actividad económica más, sujeta a las reglas del mercado.
El organismo regulador, velador en este caso de la competencia como un fin en sí misma y no como beneficio al usuario, cuestiona el modelo farmacéutico español como servicio sanitario público. Lo cuestiona porque identifica restricciones de acceso a la apertura de farmacias y al ejercicio de la actividad, calificando dichas limitaciones como“ ineficiencias del sistema que perjudican a la competencia y al interés general”.
Pero, ¿ cuál es el interés general que preocupa a la CNMC? Si identificamos interés general con el bien común del conjunto de la sociedad y, por tanto, del conjunto de la ciudadanía; los modelos liberalizados y desregulados han puesto de relieve que factores como la competencia desmedida, los recortes de presupuestos sanitarios, los cambios en la distribución y suministro con más fármacos dispensados por internet y sin control, la concentración en manos de multinacionales y capital extranjero, la quiebra y alejamiento de las políticas públicas de uso racional del medicamento, etc. nos alejan del bien común y acaban con un modelo de Farmacia Comunitaria como servicio sanitario público, seguro y cercano al usuario.
La revisión del modelo farmacéutico debería servir para modernizar el servicio, adaptándolo a las necesidades actuales de los usuarios pero también para reforzar el compromiso de la farmacia con la calidad, con la seguridad, con la información, con el contacto y trato cercano con los usuarios, con la salud de la población y con una vocación y prestación de servicio público sanitario. En definitiva, reforzar un modelo que, hasta ahora, ha sido bien valorado por los consumidores en el sector de la salud en España y que debe seguir avanzando en esa línea. Un modelo que responde a la idea de prestación farmacéutica como servicio sanitario de interés general, regulado y planificado y no como un mercado más.
La prestación farmacéutica se enmarca dentro del derecho a la salud de los ciudadanos. Es, por tanto, un derecho básico y no puede concebirse como una actividad económica sin más, amparada exclusivamente en las reglas del mercado. Precisamente, su encaje en ese marco, en el del derecho constitucional a la salud, unido a imperiosas razones de salud pública, de interés general y beneficio a los ciudadanos, nos llevan a concebirla como una actividad sanitaria regulada- y no como una actividad estrictamente mercantil-, sujeta a una política de uso racional del medicamento, que garantice la eficacia de la
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