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Med fam Andal Vol. 16, N º. 3, noviembre 2015
prestación, el beneficio al ciudadano y el control del gasto( público y privado).
La prestación farmacéutica no puede reducirse a tener“ a mano” oficinas de farmacia o a la posibilidad de comprar medicamentos en otros establecimientos comerciales. Pues siendo importante la accesibilidad, si es precisa una revisión de criterios y de ratios de población para las autorizaciones, habrá de hacerse.
Pero también lo es que se preste a la ciudadanía un servicio en condiciones de seguridad, racionalidad y calidad, atendida por personal cualificado y donde el derecho a la información del usuario sea una herramienta y un elemento esencial.
En estos momentos, debería introducirse en el debate, no su revisión como sistema regulado y planificado, sino su revisión para integrar elementos que inciden en una mejora asistencial a los usuarios como servicio sanitario:
• La incidencia del copago, la desfinanciación de medicamentos y el aumento del precio de muchos de ellos, influyen en el acceso al medicamento y en la continuidad del tratamiento por parte de muchos usuarios y pacientes, y cómo desde la farmacia se puede colaborar a impedir el abandono de los tratamientos.
• El seguimiento de crónicos y personas mayores con pluripatologías.
• Cómo dar respuesta a las necesidades de los dependientes, sus cuidadores y pacientes polimedicados.
• Cómo mejorar el nivel de información que recibe el usuario sobre la prestación farmacéutica.
• Cómo reforzar la triple relación: médico, farmacéutico y usuario, aprovechando las nuevas tecnologías.
• La venta y acceso a los medicamentos a través de Internet y la regulación y el necesario control de este tipo concreto de venta a distancia. El control se torna fundamental para garantizar la salud y la seguridad de los usuarios en una actividad que puede suponer riesgos, que han de ser medidos y tenidos en consideración.
• Cómo desarrollar desde la farmacia una política de uso racional y responsable del medicamento, donde hasta ahora el papel del farmacéutico ha sido una pieza clave, junto con la administración sanitaria y las organizaciones sociales y ciudadanas.
La modernización y actualización de la farmacia no debe buscar como objetivo la deriva hacia su mercantilización; al contrario, debería poner en valor los aspectos sanitarios y los de una mejor y mayor atención personalizada a los usuarios.
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