Med fam Andal Vol. 16, N º. 3, noviembre 2015
ventral de la lámina, lo más usual es que la produzcan hongos o Trichphyton rubrum; en los pacientes infectados por el VIH se considera un marcador de la enfermedad.
• onicomicosis blanca superficial: la infección se origina en la región dorsal de la lámina, normalmente la ocasiona Trichphyton mentagrophytes.
• onicomicosis endonix: la lámina se percibe blanca y opaca sin otras alteraciones, los hongos invaden el borde libre y penetran en la querati ¬ na de la lámina; el determinante más común es Trichphyton violaceum.
• onicomicosis distrófica total, aunque puede ser primaria, lo más habitual es encon ¬ trarla como evolución de las anteriores.
El abordaje de la situación dependerá del agente causal, practicando una dermatoscopia, biopsia y cultivo que proporcione la información más específica sobre el microorganismo y el fármaco a emplear, que podrá ser oral o tópico. Además serán necesarias todas las medidas preventivas de higiene para contribuir a la mejora( 10)( 11)( 12).
Respuesta 2. Pigmentaciones exógenas:
Esta pigmentación ungueal es consecuencia de la aplicación de sustancias o agentes, incluso puede estar en íntima relación durante un tiempo establecido y dependerá del producto en cuestión que desencadenará la coloración de la uña de modo visible. El depósito del pigmento es exógeno a la lámina ungueal.
La etiología que pueden producir la pigmentación exógena a las uñas son múltiples y variadas: componentes químicos, medicamentos, sales de plata, cosméticos, tintes para el cabello, tabaco …
La anamnesis será clave para detectar la asociación directa con el elemento que pueda haber inducido la pigmentación o que lo continúe haciendo. Hay que insistir en conocer el tipo de trabajo, las actividades y las aficiones del paciente( 13). Un ejemplo típico son las pigmentaciones ungueales en peluqueras por los tintes del cabello y en los mecánicos por los productos engrasantes. Normalmente no se afectan todas las uñas y es más usual encontrarlas en la mano dominante.
Es conveniente realizar un seguimiento para valorar la evolución de la lámina ungueal, cesar el uso de esas sustancias directamente sobre la piel, además de llevar a cabo una buena higiene y el uso de guantes como método de protección y control de las materias potencialmente pigmentarias. De este manera, se eliminará la tinción con el paso de las semanas o meses( 14)( 15).
Respuesta 4. Melanoma subungueal.
La prevalencia de un melanoma subungueal es relativamente poco frecuente. A su observación se aprecia una lesión plana pigmentada que oscila entre marrón y negro, que en su inicio se manifiesta como una banda longitudinal irregular de color marronáceo, con policromía y líneas más anchas y polimorfas. En su evolución puede invadir la piel circundante, determinando un dato característico o signo de Hutchinson. También puede evolucionar elevándose y provocando la destrucción del lecho ungueal y de la propia uña. Todos estos signos son evidentes al examen directo con dermatocospio( 16).
El melanoma lentiginoso acral se presenta con una incidencia de 0,7 y 3,5 % respecto a todos los melanomas cutáneos. Suelen ser asintomáticos y aparece en edad adulta, con una prevalencia superior en el primer y segundo dedo, sobre todo en los pies. No existe un nexo causal evidenciado, pero el 50 % de los sucesos tienen antecedentes de traumatismos previos.
Uno de los principales problemas es el diagnóstico precoz, debido a la similitud con otras modalidades de pigmentaciones ungueales, lo cual dificulta su interpretación. Es esencial concretar un diagnóstico diferencial mediante la elaboración de una anamnesis minuciosa y un análisis dermatoscópico preciso( 17).
El pronóstico es peor comparado con melanomas en otras ubicaciones, y el manejo terapéutico suele implicar la amputación, con resultados estéticos y funcionales relevantes. El 90 % de los casos se diagnostica en estadio avanzado, siendo necesaria la amputación por debajo de la
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