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Juárez Jiménez M ª V, et al- CARTAS AL DIRECTOR autónoma y unilateral de callicidas tienen una elevada prevalencia, sobre todo en consultas de atención primaria, podología, unidades de pie diabético … A pesar de ser uno de los principales factores desencadenantes de úlceras o quemaduras en pacientes con pie de riesgo, se sigue comercializando y empleando de modo indiscriminado( 4).
Se procede a la desinfección y deslaminación de la hiperqueratosis con mango de bisturí n º 3 y hoja de bisturí del n º 10. Al retirar la región endurecida, se muestran los tejidos más profundos macerados y se observa una úlcera por presión de grado III, bajo la quinta cabeza metatarsal. A pesar de ello, no se aprecia exudado purulento, pero si se objetivan otros signos de infección local: edema, eritema y calor local. Se pautan antiinflamatorios y antibioticoterapia oral, curas por enfermería y control evolutivo por parte del personal sanitario de atención primaria hasta recuperación de la integridad cutánea. Hay situaciones en las que se precisa intervenciones quirúrgicas para solucionar la afección en origen, deformidad o desviación ósea( 6).
hay patologías neuropáticas periféricas concomitantes( 2).
Hay diversos estudios que demuestran la relación entre la presión máxima plantar focalizada en un punto específico, con la presencia de hiperqueratosis, callosidades o úlceras( 3). También se comprueba que a mayor tiempo de evolución de la diabetes mellitus existe más riesgo de desarrollar una presión máxima concéntrica plantar. De ahí la importancia de controlar la evolución de estos puntos máximos de presión en personas con diabetes mellitus. Se debe prestar una especial atención y seguimiento en el abordaje podológico de pacientes con neuropatías y queratodermias.
Figura. Úlcera por presión a nivel de la quinta cabeza metatarsal en la cara inferior del pie izquierdo con: bordes macerados de color blanquecino, ampolla perilesional, lecho enrojecido y edematoso por el uso indebido y reiterado de un callicida. Antepié triangular, hallux valgus interfalángico, 4 º dedo infraductus, síndrome de predislocación metatarsofalángico
En la exploración física se evidencia una metatarsalgia bilateral. La semiología del pie se basa fundamentalmente en el dolor, y cuando éste se ubica en el antepié, caracteriza la metatarsalgia en contraposición a la talalgia, donde el dolor se halla en el medio y retropié( 1).
La metatarsalgia suele ser el dolor más común del pie. Se delimita en el antepié, en las cabezas metatarsianas, y típicamente se intensifica con el apoyo, presión, bipedestación y deambulación. Se asocia con frecuencia a deformaciones osteoarticulares locales, metabolopatías, neuropatías y algunas enfermedades autoinmunes( 2).
La hiperqueratosis localizada en la región de apoyo capitometatarsal a nivel de la planta del pie, aparece sobre todo en adultos y ancianos. Es consecuencia de los microtraumatismos de repetición, en las cabezas metatarsianas sobre la piel en su plano inferior. Originada por mal apoyo, excesiva carga circunscrita o calzado inadecuado. Produce dolor que aumenta con la bipedestación y la deambulación; aunque puede estar atenuado o alterado en su percepción si
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