MATEMATICAS Matematica divertida y curiosa - Malba Tahan | Page 103

Matemática divertida y curiosa www.librosmaravillosos.com Malba Tahan considerar sino relaciones entre las grandezas o entre las distancias. Como dice admirablemente Anatole France: "Las cosas en si mismas no son ni grandes ni pequeñas, y cuando nos encontramos con el universo que es enorme, esa idea es puramente humana. Si fuese reducido súbitamente al tamaño de una avellana, pero todas las cosas conservando sus proporciones, no podríamos percibir ese cambio. La estrella Polar encerrada con nosotros dentro de la avellana, gastaría, como en el pasado, cincuenta años para enviarnos su luz". 25. Amoroso Costa (Luis Freire) Era Amoroso Costa un benedictino de la matemática. Sus trabajos son verdaderos modelos de arte del bien decir matemático: precisos, concisos, simples y elegantes, de esa elegancia matemática en que Poincaré veía "un sentimiento de belleza, de armonía de los números y de las formas, y que solo los verdaderos matemáticos saben adivinar". Se nota, en todo lo que hacía Amoroso un especial cuidado de síntesis, que a muchos le podrá parecer exagerado, de aquella síntesis que a "una hora corresponden muchas de análisis". La perfección lógica de sus trabajos es notable: siempre que podía, reducía al mínimo el número de principios independientes, y por ese trabajo de recurrencia que, en nuestra opinión, se puede medir su espíritu de elite. Pareciera que procuraba reducir todo al mecanismo del verdadero raciocinio matemático apuntado por Poincaré, como siendo "recurrente". 26. Una frase de Euler (Condorcet) Euler dejó Petersburgo y se dirigió a Berlín, para donde le llamara el rey de Prusia. Fue presentado a la reina madre; a esta princesa le gustaba conversar con personas eruditas y las acogía con esa familiaridad noble que denota en los príncipes los sentimientos de una grandeza personal, independiente de sus títulos, y se había convertido en un personaje dentro de esa augusta familia: en tanto, la reina de Prusia que solo conseguía obtener monosílabos de Euler, le reprochaba esa timidez, esa vergüenza, que ella juzgaba no merecer: "¿Por qué no queréis, entonces, Traducción de Patricio Barros 103 Preparado por Patricio Barros