MATEGROUP Noviembre 2018 | Page 12

Se acercaba el día de su decimoctavo cumpleaños, Tal vez lo de después de los dinosaurios de mayor quería ser controlador aéreo de estrellas fugaces, que en la tierra todos éramos ciudadanos de un lugar llamado primer mundo porque el segundo nos sabía a poco y el tercero estaba en vías de desarrollo. Y la tierra se encontraba acostada boca hacia algún lugar del espacio porque desde que vio a la luna no dejo de provocarse efecto mariposa en el estómago. A ver si así podía poner un poco de practica la teoría del caos… y conocerla. Que en la tierra éramos unos extremistas religiosos un poco absurdos, y nos llenábamos la boca de orgullo gritando: ¨mi dios besar mejor que el tuyo¨. Pero la luna era ordenada, meticulosa y apasionada de las cifras, Que en la tierra no importa el color de la piel, que nadie te detiene para que justifiques tu existencia con un trozo de papel, que dos si se pelean aunque uno no quiera y al revés, que uno no tiene suficiente con dos y busca a tres para inventarse que son fáciles los cuatro hasta que se multiplica el problema y cuatro acaba llamando al cero dieciséis. Al principio no se fiaba de alguien se había tardado solo cinco billones de años en pedirle salir a una chica, que tal vez su interés era superficial y solo le interesaba las vistas, porque se comentaba que con ella los polvos…. Estelares, se veían de maravilla. Pero el día de la cita la luna se esmeró buscando en el armario una fase, preguntándose si no era muy atrevido vestirse ese escotado cuarto menguante, si maquillarse o dejarse ver los cráteres, si darle una oportunidad a una chica después de hacer saltado para la humanidad y dado pasitos en falso para los hombres. Que los refugiados no están hechos de opiniones de internet, que en la tierra no nos rompemos el corazón para recordar el pasado, que no somos tan simples, que después de una relación ¨fuimos¨ no se conjuga en el pretérito perfecto complicado. ¿Cómo iba a impresionar a la lunática que afectaba su gravedad? A la que dijeron que era imposible tapar el sol Y mientras la tierra no paraba de preguntarse qué iba a contarle. 12