Da igual.
El infinito no te va a pedir permiso para incesar.
Dosis precisa de rayo,
—le bautizan estrella —
El universo es un cigarro
de ellas.
Dicen en sus raíces
que las estrellas humean
memorias amorfas
de caducados caníbales,
reses morenas que se dan de mamar
leche de cacao,
sapos de maguey con sangre de pulque
(y sin embargo, laten)
demencia en las gargantas de las aves,
libidos de marineros homosexuales
en curso a puertos desconocidos.
Leonora se enciende ahora
por las piernas y apenas anoche
le empezaron a arder las uñas de los pies.
Tiene sueño y Leonora- diosa- señora
se consume lentamente, lánguidamente
como el ayer, hoy, siempre
y después…
En la cabellera de algún mundo.
Ricardo Cabral
DESPIERTA MÉXICO
¡Despierta México!
Sal de tu sueño apolíneo,
toma consciencia de tu pueblo,
cambia tu rumbo, sé más serio.
Piensa en tu pasado,
observa tu presente y dime...
¿qué ha cambiado?
la pobreza continúa aumentando,
tu pueblo se sigue quejando,
sólo los nombres de gobernantes
y títeres, han estado rotando.
Gustavo Díaz Ordaz;
capataz de la muerte,
Echeverría llegó,
el mismo chango maquillado.
¡68 no te olvido!,
¿Y luego?
¿Por qué siguen ganando los mismos?
¡México despierta!;
Salinas te anestesia,
titiritero del diablo,
¡Qué buen show estás brindando!
te otorgo un aplauso,
gracias a ti, México está delirando.
Sueño perpetuo,
casi un siglo en el vientre materno,
sin salir a relucir, sin conocer, sin nada;
la concepción se aplaza.
México, ¡vuelve a la vida!
¿Dónde has quedado?
una tribu de ignorantes te está gobernando.
Quetzalcóatl, por piedad, ¡Haz algo!
Guerreros Azteca, Mayas, Tarahumaras,
el árbol de la noche triste nos cubre con su sombra desde hace muchos años,
niños hambrientos lloran en sus raíces y hacen que crezca.
El nacionalismo muere, y sirve de estiércol.
Sin embargo,
la flor de la esperanza
anida entre la mierda y el llanto.
La juventud se presenta con un cambio,
levanta la mirada México,
¡abre los ojos de una vez!
Arriba México, ponte de pie.
El nacionalismo se convierte en un jardín,
a sembrar se ha dicho mexicanos,
claveles, rosas y tulipanes salen a relucir,
y una espina traviesa toca las raíces del árbol y llega al corazón,
el árbol de la noche triste, por fin murió.
Mario González a 31 de Mayo del 2016
tu pueblo se sigue quejando,
sólo los nombres de gobernantes
y títeres, han estado rotando.
Gustavo Díaz Ordaz;
capataz de la muerte,
Echeverría llegó,
el mismo chango maquillado.
¡68 no te olvido!,
¿Y luego?
¿Por qué siguen ganando los mismos?
¡México despierta!;
Salinas te anestesia,
titiritero del diablo,
¡Qué buen show estás brindando!
te otorgo un aplauso,
gracias a ti, México está delirando.
Sueño perpetuo,
casi un siglo en el vientre materno,
sin salir a relucir, sin conocer, sin nada;
la concepción se aplaza.
México, ¡vuelve a la vida!
¿Dónde has quedado?
una tribu de ignorantes te está gobernando.
Quetzalcóatl, por piedad, ¡Haz algo!
Guerreros Azteca, Mayas, Tarahumaras,
el árbol de la noche triste nos cubre con su sombra desde hace muchos años,
niños hambrientos lloran en sus raíces y hacen que crezca.
El nacionalismo muere, y sirve de estiércol.
Sin embargo,
la flor de la esperanza
anida entre la mierda y el llanto.
La juventud se presenta con un cambio,
levanta la mirada México,
¡abre los ojos de una vez!
Arriba México, ponte de pie.
El nacionalismo se convierte en un jardín,
a sembrar se ha dicho mexicanos,
claveles, rosas y tulipanes salen a relucir,
y una espina traviesa toca las raíces del árbol y llega al corazón,
el árbol de la noche triste, por fin murió.
Mario González a 31 de Mayo del 2016
mexicanos,
claveles, rosas y tulipanes salen a relucir,
y una espina traviesa toca las raíces del árbol y llega al corazón,
el árbol de la noche triste, por fin murió.
Mario González Guerrero
SABADO SANTO
El Galardón más prestigiado y desprestigiado
de nuestro pueblo mágico Jerezano.
Se ha convertido en el verdugo preferido,
en un santo demonio de parroquia.
El ángel de la muerte ronda en las calles,
con vino y agua ardiente se dispersa.
Prostitución es su segundo nombre,
y el desenfreno en los callejones canta.
Banalidades, placeres mundanos,
muertos vivientes en las iglesias marchan.
La vigilia pascual y una procesión mortuoria,
virus, bacterias y parásitos, danzan.
El licor es su Dios,
el desenfreno un rosario,
oremos juntos, sábado santo.
Dionisio canta en las calles una plegaria:
-¡Violemos a la Iglesia, que la divina trinidad
está con nosotros! - Proclama:
-Putas en el confesionario,
¡aleluya, Dios nos ama!
El sábado santo, nos engalana
¡Nobiscum Deus mortales,
en nombre del padre, del hijo
y del clítoris de tu madre,
cantemos juntos la plegaria al desenfreno,
arrodillaos, oremos!... ¡Sábado santo, vengo a tu encuentro!.
¡Embriágame de amor, puta canonizada,
hagamos el amor, zorra desenfrenada!
Bebamos juntos, al compás de Empédocles…
¡Filosofemos, señores y señoras, el sexo es bueno,
el alcohol es místico, un maestro enserio!
Espíritu de Dionisio, nunca te acabes,
que vengan a mis brazos, los deseos carnales.
Pan bendito de cuaresma,
éxtasis de semana santa,
alcohol y drogas,
bailemos en las sombras.
¡Corramos a un abismo, tropecemos cada año,
en el círculo vicioso, vicioso y santo!...
Ahora el hipócrita habla:
-Jesús, debo decirte algo, sólo hoy te amo,
¡hoy te vanaglorio cogiendo con el diablo!
¡Bendito seas pueblo tibio,
con tus costumbres conduces al abismo!
Mientras las campanadas, dictan tu sentencia,
pides a gritos días después, benevolencia,
cuando arriba del púlpito, los obispos se quejan.
Y regresas entonces a la devoción,
a la sangre luterana de Ramón,
y a los principios verdaderos de tu religión.
Tremenda infamia y contradicción te cargas,
por el arrepentimiento tan grande, flagelas tu espalda
y una nueva oración es elevada:
-En nombre de los condenados, los mártires y achacosos…
¡Que las homilías se vuelvan fango,
y que sólo los tibios sigan rezando…
oremos juntos, sábado santo!