espero paciente pues ya estás aquí.
Soy tu amiga la muerte, tu más fiel compañera,
la que pone en tus ojos, la más fuerte ceguera.
¡Abre los ojos desgraciado!
¿Qué otra cosa estas esperando?,
la barca de Caronte sigue avanzando,
y si no reaccionas, serás castigado.
Soldado:
¡Cántale a Lili Marleen!
¡Dile que volverás!
Pero una vez en la guerra, no mires atrás.
¡Vuélvete inhumano!
Vas a matar niños,
violarás mujeres,
quemarás judíos.
Ríos de sangre, ríos de gloria,
en los hornos, se respira la victoria.
Las cenizas, son elixir;
el sufrimiento, una droga.
La epidemia de la muerte,
se dispersa cada hora.
“Deutschland über alles”
(Alemania por encima de todo)
“Nobiscum Deus” (Dios con nosotros),
“Sieg Heil” (Salve la victoria).
El tercer Reich, la biblia nazi,
¡Canonicemos a la esvástica!
Un “Hurra”, y la muerte te alumbra.
-Hola, soy yo, la peste negra,
“Yersinia pestis” con nombre de guerra.
Soy la sombra que no tocas,
vivo en tu alma, aunque lo ignoras.
Y vuelve a comenzar, nunca termina,
el preludio de la muerte, a diario se respira.
Soy la sombra que no tocas,
vivo en tu alma, aunque lo ignoras.
Y vuelve a comenzar, nunca termina,
el preludio de la muerte, a diario se respira.
Mario González Guerrero
ROSA Y ESPINA
Y le he quitado el manto inconsútil a Anfitrite,
y le he quitado la inocencia y el recato.
En un viaje de unas horas al olimpo,
al subir la escalera de caracol con ella en mis brazos.
Quince escalones de virtudes y esperanzas.
Quince maneras de amar al prójimo,
y a la diosa bella que tengo en mi camino.
Aquí te tengo, oasis de mis sueños,
Manantial de mis pasiones.
Sátira de mi vida y Hetaira de mi cielo.
Tú conoces a la perfección el arte de amarme,
y en el olimpo, unimos nuestras almas,
bajo la venia bendita de la Diosa Venus,
y afrodita, nos dio su bendición y nos clamó un oración,
consagrando nuestro romance.
El mismo Zeus, estuvo presente en la celebración,
y con un rayo, paralizó los momentos más hermosos de nuestra historia.
Aquí te tengo, y te marco con este infinito,
que nos mantendrá siempre Unidos para la eternidad.
Se congrega el amor perpetuo de mis sueños,
y en una nube tienes tu trono,
y como Ramón López Velarde,
te traigo una corona de besos y esperanzas.
Porque contigo, el futuro se queda corto,
Y el presente, compadre del pasado,
es fantástico, tú brillas, como el ocaso,
como las atmósferas claroscuras de mis sueños,
hueles a vitalidad, a alegría,
a la vez que a tragedia y agonía.
Hueles a tragedia.
eres ceniza, ceniza y verso,
eres rosa y espina.
Pero eres más flor,
la última flor de un príncipe
en un altar desierto.
Rosas y versos,
amores y esperanzas.
En ti volví a nacer,
y en mi concepción te
conocí como una virgen inmaculada.
Como una hoja en blanco que nadie ha sellado.
Ahora, ahora estoy marcando un infinito, en tu piel,
un Ouróboros de eternidad y el comienzo de un ciclo,
porque esta vida que me diste no quiero que termine,
quiero que sea perpetua…
rosa y espina.
“Arriba Mussolini”
-el mismo Dios lo ha enviado-
“Que viva Stalingrado”
-Y el comunismo a un lado.
El ejército rojo, los camisas negras,
la Gestapo y mil penas.
¡Mátense todos! ¡Ganen la guerra!
La recompensa es destruir nuestra Tierra.
Februus, Mictlantecuhtli,
Moiras, todos los Dioses
de la muerte elevan sus voces:
-“Bellum ómnium contra omnes”
-“Bellum internecinum”
Y Caronte nos conduce al infierno,
no a ti, no a mí, sino a todos,
y el rey Hades nos espera en su trono.
¿Deus vult? -¿Dios lo quiere?-
¡Hades lo ha estado esperando!
Pero el Dios del que me hablas,
vil cruzado… ¡No lo conozco!
¿Qué otro pretexto buscas humano,
para aniquilar a tus hermanos?
piensa… ¿Cuántos Dioses de
la muerte has evocado?
¡Uno y mil, y mil millones!
Hoy ángeles de la muerte entonan sus canciones:
-Mi querido humano, ya vengo por ti,
detrás de esas balas suelo sonreír.
Estoy esperando que vengas a mí,
espero paciente pues ya estás aquí.
Soy tu amiga la muerte, tu más fiel compañera,
la que pone en tus ojos, la más fuerte ceguera.
¡Abre los ojos desgraciado!
¿Qué otra cosa estas esperando?,
la barca de Caronte sigue avanzando,
y si no reaccionas, serás castigado.
Soldado:
¡Cántale a Lili Marleen!
¡Dile que volverás!
Pero una vez en la guerra, no mires atrás.
¡Vuélvete inhumano!
Vas a matar niños,
violarás mujeres,
quemarás judíos.
Ríos de sangre, ríos de gloria,
en los hornos, se respira la victoria.
Las cenizas, son elixir;
el sufrimiento, una droga.
La epidemia de la muerte,
se dispersa cada hora.
“Deutschland über alles”
(Alemania por encima de todo)
“Nobiscum Deus” (Dios con nosotros),
“Sieg Heil” (Salve la victoria).
El tercer Reich, la biblia nazi,
¡Canonicemos a la esvástica!
Un “Hurra”, y la muerte te alumbra.
-Hola, soy yo, la peste negra,
“Yersinia pestis” con nombre de guerra.
Soy la sombra que no tocas,
vivo en tu alma, aunque lo ignoras.
Y vuelve a comenzar, nunca termina,
el preludio de la muerte, a diario se respira.