Matador Arte Luces de neón | Page 14

EL PRELUDIO DE LA MUERTE

Me siguen los demonios:

sombras impregnadas,

imágenes, recuerdos,

errores y mil caras.

Mi sueño recurrente:

sufro en el malebolge,

las ánimas sonriendo,

consumidas por dentro.

¡Condenados!

Lloran por sus pecados,

ahora sí se arrepienten,

pero llegó la muerte.

¡Aquí nada vale!

Las palabras son irrelevantes,

tus justificaciones no tienen

valor alguno, tus gritos

y súplicas no serán escuchados.

¡Aléjate maldito enfermo!

¡No me toques demonio de lujuria!

¡Déjame llorar en soledad!

¡No quiero compañía!

Aquí danzan las sombras,

todas en sintonía.

Bombas, cañones,

gritos desgarradores,

incendios, radiaciones,

millones de explosiones.

He aquí las sombras que

persiguen a la humanidad:

uno y otro, mil demonios,

rostros amorfos de un pasado perverso,

la tristeza reflejada en esa cara de niño,

el estruendoso grito de una madre inocente.

Una guerra, tu guerra,

mi guerra, nuestra guerra,

y… ¿Qué se ganó?

¡Muertes, gritos, desolación!

Y la danza de sombras

bailan al compás de las balas,

aquí viene, ya comienza,

el preludio de la muerte.

Melodiosas voces de ángeles llorando,

el dulce gemido de las madres implorando:

-¡Dejadlo! ¡Piedad! ¡No le haga daño!

Es un simple niño soñando.

Sueña a ser grande, sueña a ser soldado,

¡Para matarte, despiadado!

-¡Cierra la boca, zorra inmunda!

¡Ya no verás el mundo nunca!

“Deutschland über alles”

-gritan los alemanes-

El tercer Reich avanza

-forma una nueva alianza.

“Arriba Mussolini”

-el mismo Dios lo ha enviado-

“Que viva Stalingrado”

-Y el comunismo a un lado.

El ejército rojo, los camisas negras,

la Gestapo y mil penas.

¡Mátense todos! ¡Ganen la guerra!

La recompensa es destruir nuestra Tierra.

Februus, Mictlantecuhtli,

Moiras, todos los Dioses

de la muerte elevan sus voces:

-“Bellum ómnium contra omnes”

-“Bellum internecinum”

Y Caronte nos conduce al infierno,

no a ti, no a mí, sino a todos,

y el rey Hades nos espera en su trono.

¿Deus vult? -¿Dios lo quiere?-

¡Hades lo ha estado esperando!

Pero el Dios del que me hablas,

vil cruzado… ¡No lo conozco!

¿Qué otro pretexto buscas humano,

para aniquilar a tus hermanos?

piensa… ¿Cuántos Dioses de

la muerte has evocado?

¡Uno y mil, y mil millones!

Hoy ángeles de la muerte entonan sus canciones:

-Mi querido humano, ya vengo por ti,

detrás de esas balas suelo sonreír.

Estoy esperando que vengas a mí,

espero paciente pues ya estás aquí.

Soy tu amiga la muerte, tu más fiel compañera,

la que pone en tus ojos, la más fuerte ceguera.

¡Abre los ojos desgraciado!

¿Qué otra cosa estas esperando?,

la barca de Caronte sigue avanzando,

y si no reaccionas, serás castigado.

Soldado:

¡Cántale a Lili Marleen!

¡Dile que volverás!

Pero una vez en la guerra, no mires atrás.

¡Vuélvete inhumano!

Vas a matar niños,

violarás mujeres,

quemarás judíos.

Ríos de sangre, ríos de gloria,

en los hornos, se respira la victoria.

Las cenizas, son elixir;

el sufrimiento, una droga.

La epidemia de la muerte,

se dispersa cada hora.

“Deutschland über alles”

(Alemania por encima de todo)

“Nobiscum Deus” (Dios con nosotros),

“Sieg Heil” (Salve la victoria).

El tercer Reich, la biblia nazi,

¡Canonicemos a la esvástica!

Un “Hurra”, y la muerte te alumbra.

-Hola, soy yo, la peste negra,

“Yersinia pestis” con nombre de guerra.

Soy la sombra que no tocas,

vivo en tu alma, aunque lo ignoras.

Y vuelve a comenzar, nunca termina,

el preludio de la muerte, a diario se respira.

bailan al compás de las balas,

aquí viene, ya comienza,

el preludio de la muerte.

Melodiosas voces de ángeles llorando,

el dulce gemido de las madres implorando:

-¡Dejadlo! ¡Piedad! ¡No le haga daño!

Es un simple niño soñando.

Sueña a ser grande, sueña a ser soldado,

¡Para matarte, despiadado!

-¡Cierra la boca, zorra inmunda!

¡Ya no verás el mundo nunca!

“Deutschland über alles”

-gritan los alemanes-

El tercer Reich avanza

-forma una nueva alianza.

“Arriba Mussolini”

-el mismo Dios lo ha enviado-

“Que viva Stalingrado”

-Y el comunismo a un lado.

El ejército rojo, los camisas negras,

la Gestapo y mil penas.

¡Mátense todos! ¡Ganen la guerra!

La recompensa es destruir nuestra Tierra.

Februus, Mictlantecuhtli,

Moiras, todos los Dioses

de la muerte elevan sus voces:

-“Bellum ómnium contra omnes”

-“Bellum internecinum”

Y Caronte nos conduce al infierno,

no a ti, no a mí, sino a todos,

y el rey Hades nos espera en su trono.

¿Deus vult? -¿Dios lo quiere?-

¡Hades lo ha estado esperando!

Pero el Dios del que me hablas,

vil cruzado… ¡No lo conozco!

¿Qué otro pretexto buscas humano,

para aniquilar a tus hermanos?

piensa… ¿Cuántos Dioses de

la muerte has evocado?

¡Uno y mil, y mil millones!

Hoy ángeles de la muerte entonan sus canciones:

-Mi querido humano, ya vengo por ti,

detrás de esas balas suelo sonreír.

Estoy esperando que vengas a mí,

espero paciente pues ya estás aquí.

Soy tu amiga la muerte, tu más fiel compañera,

la que pone en tus ojos, la más fuerte ceguera.

¡Abre los ojos desgraciado!

¿Qué otra cosa estas esperando?,

la barca de Caronte sigue avanzando,

y si no reaccionas, serás castigado.

Soldado:

¡Cántale a Lili Marleen!

¡Dile que volverás!

Pero una vez en la guerra, no mires atrás.

¡Vuélvete inhumano!

Vas a matar niños,

violarás mujeres,

quemarás judíos.

Ríos de sangre, ríos de gloria,

en los hornos, se respira la victoria.

Las cenizas, son elixir;

el sufrimiento, una droga.

La epidemia de la muerte,

se dispersa cada hora.

“Deutschland über alles”

(Alemania por encima de todo)

“Nobiscum Deus” (Dios con nosotros),

“Sieg Heil” (Salve la victoria).

El tercer Reich, la biblia nazi,

¡Canonicemos a la esvástica!

Un “Hurra”, y la muerte te alumbra.

-Hola, soy yo, la peste negra,

“Yersinia pestis” con nombre de guerra.

Soy la sombra que no tocas,

vivo en tu alma, aunque lo ignoras.

Y vuelve a comenzar, nunca termina,

el preludio de la muerte, a diario se respira.

“Deutschland über alles”

-gritan los alemanes-

El tercer Reich avanza

-forma una nueva alianza.

“Arriba Mussolini”

-el mismo Dios lo ha enviado-

“Que viva Stalingrado”

-Y el comunismo a un lado.

El ejército rojo, los camisas negras,

la Gestapo y mil penas.

¡Mátense todos! ¡Ganen la guerra!

La recompensa es destruir nuestra Tierra.

Februus, Mictlantecuhtli,

Moiras, todos los Dioses

de la muerte elevan sus voces:

-“Bellum ómnium contra omnes”

-“Bellum internecinum”

Y Caronte nos conduce al infierno,

no a ti, no a mí, sino a todos,

y el rey Hades nos espera en su trono.

¿Deus vult? -¿Dios lo quiere?-

¡Hades lo ha estado esperando!

Pero el Dios del que me hablas,

vil cruzado… ¡No lo conozco!

¿Qué otro pretexto buscas humano,

para aniquilar a tus hermanos?

piensa… ¿Cuántos Dioses de

la muerte has evocado?

¡Uno y mil, y mil millones!

Hoy ángeles de la muerte entonan sus canciones:

-Mi querido humano, ya vengo por ti,

detrás de esas balas suelo sonreír.

Estoy esperando que vengas a mí,

espero paciente pues ya estás aquí.

Soy tu amiga la muerte, tu más fiel compañera,

la que pone en tus ojos, la más fuerte ceguera.

¡Abre los ojos desgraciado!

¿Qué otra cosa estas esperando?,

la barca de Caronte sigue avanzando,

y si no reaccionas, serás castigado.

Soldado:

¡Cántale a Lili Marleen!

¡Dile que volverás!

Pero una vez en la guerra, no mires atrás.

¡Vuélvete inhumano!

Vas a matar niños,

violarás mujeres,

quemarás judíos.

Ríos de sangre, ríos de gloria,

en los hornos, se respira la victoria.

Las cenizas, son elixir;

el sufrimiento, una droga.

La epidemia de la muerte,

se dispersa cada hora.

“Deutschland über alles”

(Alemania por encima de todo)

“Nobiscum Deus” (Dios con nosotros),

“Sieg Heil” (Salve la victoria).

El tercer Reich, la biblia nazi,

¡Canonicemos a la esvástica!

Un “Hurra”, y la muerte te alumbra.

-Hola, soy yo, la peste negra,

“Yersinia pestis” con nombre de guerra.

Soy la sombra que no tocas,

vivo en tu alma, aunque lo ignoras.

Y vuelve a comenzar, nunca termina,

el preludio de la muerte, a diario se respira.

"Él ha muerto"

Óleo sobre tela

Juan Carlos Hernández García