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El comienzo de la vida y la primera infancia (0-2 años) tiva entre el bebé y sus cuidadores niño construye a lo largo del estadio surgen los rudimentos de la con- sensoriomotor). El lenguaje sería una expresión de la capacidad cog- ciencia. nitiva previa, siendo considerado • Hacia los 4 meses, diversifica su in- terés entre el mundo de los adultos un sistema simbólico y arbitrario. y el mundo de los objetos. • Junto a estos dos planteamientos, se añade un tercero que incide en • Entre los 4 y 6 meses, la pareja los aspectos comunicativos del len- bebé-adulto diversifica sus juegos, dejando que el centro ya no sea su guaje. Aquí el sujeto pretende que propio cuerpo sino otros objetos o el interlocutor tome conciencia de temas externos. aquello que él le comunica como hablante. De esta forma, con el • Entre los 6 y 12 meses aparecen gestos determinados culturalmente lenguaje informamos y regulamos como, por ejemplo, mover la cabe- las conductas de los otros. Por ello, za para decir no; también emergen aprender a hablar es aprender a de- gestos idiosincrásicos (es decir, sarrollarse con los otros. gestos solo reconocibles por la pa- reja bebé-adulto); se produce una 3.3.2. El desarrollo de la comunicación diversificación en las expresiones prelingüística faciales cobrando un gran protago- • Durante los 3 primeros meses de nismo la mirada; y aparecen nume- vida, la habilidad más importante rosas vocalizaciones, sobre las que del bebé es la comunicación. Y es hablaremos a continuación. que, en la unión o simbiosis afec- UNAS OBSERVACIONES PRÁCTICAS… • • • • • • • • 52 Respecto a los sonidos y vocalizaciones, además del llanto, es importante mencionar que los primeros sonidos se dan prácticamente desde el primer mes, y que las formas de balbuceo se manifiestan, sobre todo, a partir del mes y medio. Los niños o niñas sordos balbucean también, lo que permite concluir que estas vocalizaciones están reguladas biológicamente. A partir de los 6 meses, el bebé presta una mayor atención a los sonidos de las conversaciones, sonidos que imita aunque de forma imperfecta. Algunos autores denominan esta fase como la del ‘laleo’. Los niños sordos parecen experimentar un decrecimiento de su balbuceo, lo que indicaría que este cumple también una función de regulación social. A los 9 meses, el lenguaje del niño es cada vez más un reflejo del lenguaje de su entorno. A esta fase se le ha asociado con el término ‘ecolalia’ (palabra repetida). Ahora las vocales ya aparecen claramente pronunciadas. A los 12 meses, es normal la pronunciación de fonemas (p/t/m). Hacia su segundo año, el niño incorpora el aprendizaje de la entonación, con inflexiones, ritmos, pausas... Alrededor de los 24 meses, pronuncia todas las vocales y un gran número de consonantes, al igual que algunos diptongos; aunque el dominio completo del sistema fonológico puede demorarse hasta los cinco años. Tabla 2.4 Observaciones prácticas en el área del lenguaje