Marielalero Compilatorio 24 febrero 2011 - 20 julio 2012 | Page 468

demás razas alienígenas. Siempre tuvieron recelos de las razas dracos y reptoides por considerarlos traicioneros y oportunistas por lo que les cargaban antipatía y desprecio por su forma de comportarse. Razones tenían porque los reptoides habían ocupado las Pléyades como su hábitat y junto con los ex pleyadianos integraban el Consejo de Orión y eran miembros de la Confederación. Se habían ubicado en puestos de máxima categoría y autoridad, situación que llevo a que los Anunnaki fueran desplazados de cargos en ambas organizaciones gubernamentales manteniéndolos asilados y comprometidos en que seguirían construyendo con sus tecnologías los vallados vibratorios que imposibilitarían a las civilizaciones Luz ingresar y reclamar lo que les habían robado y expropiado. El Consejo de Orión comprometió formalmente a los Anunnaki a ser sus guardaespaldas por donde tendrían vía libre para circular por los espacios geográficos de la Vía Láctea y permiso para construir con sus tecnologías planos dimensionales aptos para prestablecer el armado de líneas de tiempo que sirvieran de prisiones o cámaras de tiempo, trampas ilusorias y túneles del tiempo por donde podrían trasladarse las razas alienígenas a los diez Sistemas Solares que habían tomado bajo su poder. Los miembros del Consejo de Orión solamente querían tener a los Anunnaki como sus ingenieros y arquitectos, le tenían prohibido que incursionaran sobre el estudio de la ciencia biogenética dejándoles en claro que ese trabajo lo harían trece razas reptoides de especialidad en la materia con soporte técnico de los ex pleyadianos. Esta resolución ocasiono en los Anunnaki, desprecio y rencor a los miembros del Consejo de Orión, por considerarlos débiles y fáciles de manipular por los reptoides seleccionados como las razas más puras, cuando la realidad para ellos tendría que haber sido al revés, ya que en evolución y experiencias les llevaban mucha ventaja. Los Anunnaki supieron reservar su lugar y dedicarse a conocer los confines de lo que disponían como espacio sideral sacándole provecho a sus exploraciones y manteniendo absoluta reserva y cautela de lo que descubrían y construían. Habían tomado como iniciativa consolidarse a ellos mismos como sus únicos protectores, creando sus propios códigos de comunicación donde sus planes nunca pudieran ser interceptados y desde el silencio, seguir los pasos de la Confederación y de los del Consejo de Orión, sin despertar sospechas de sus seguimientos. Para ello equiparon muy bien sus naves extendiéndolas en tamaño y longitud bajo la excusa de que si ellos tenían que vivir deambulando por el espacio exterior como guardaespaldas tenían que vivir cómodamente ya que prácticamente vivían dentro de las naves y las mismas tenían que tener las comodidad, recursos, materia