Marejadas Rurales y Luchas por la vida CONSTRUCCIÓN SOCIOCULTURAL y ECONÓMICA del CAMPO | Page 92
JOSÉ ÁLVARO HERNÁNDEZ FLORES
Crecimiento urbano y propiedad social: el papel de los ejidos en la zona conurbada de Puebla
(12%), San Pedro Cholula (7%) y San Martín Texmelucan (11%); y aquellos
en los que las actividades que se desarrollan en este sector se encuentran en
franco proceso de desaparición: Xoxtla (3%), Amozoc (2%) y Cuautlancingo
(0.8%).
Aunque estas cifras ofrecen un panorama general del peso que tienen las
actividades primarias en cada uno de los municipios conurbados, poco nos
dicen de la forma en que estas se articulan con otros sectores económicos bajo
contextos de pluriactividad o de la manera en que su presencia condiciona la
dinámica social del territorio.
La tenencia de la tierra, en tanto modalidad jurídica que regula la propiedad,
el acceso y el uso del suelo y de sus recursos, así como las relaciones entre sus
propietarios, constituye en este sentido, un indicador confiable para definir el
grado de ruralidad de los municipios objeto de este estudio.
De acuerdo con el Padrón e Historial de Núcleo Agrarios (PHINA, 2016)
la capital y el área conurbada albergan un total de 91 ejidos, los cuales poseen
una superficie de poco más de 46 mil 383 hectáreas, mismas que representan
el 29.6% de la superficie total de este territorio. Un dato interesante es que
la ciudad de Puebla, considerada la cuarta urbe más poblada del país, es la
que concentra el mayor número de ejidos (28) y superficie ejidal (19 mil 885
hectáreas), por lo que la condición de heterogeneidad no podría considerarse
una cualidad exclusiva de los municipios conurbados.
La persistencia del ejido, como modalidad de propiedad, en un contexto
estructural adverso a la producción agrícola y pecuaria no debiera ser desdeñada,
sobre todo si se toman en consideración la imposibilidad de destinar la superficie
social en su totalidad a la producción agropecuaria; ello porque buena parte
de las tierras ejidales corresponde a asentamientos humanos, infraestructura,
ríos, arroyos y cuerpos de agua, de modo tal que en los municipios conurbados,
apenas el 79% de la superficie social corresponde a superficie parcelada. Por
otro lado, se debe considerar que en términos de calidad de la tierra el 38% de
las tierras ejidales están catalogadas como de temporal, 28% de agostadero,
cerril y de monte, 7% de riego y un 24% indeterminada (Pérez, 2005).
Asimismo, se debe considerar la presión sobre el suelo social generada por
el crecimiento urbano, la cual ha dado lugar a 163 decretos expropiatorios (86
en la zona conurbada y 77 en la ciudad de Puebla), los cuales han implicado el
cambio de régimen de tenencia de la tierra en poco más de 6 mil 205 hectáreas.
La mayor parte de estas expropiaciones (46) y de la superficie expropiada (2 mil
536 hectáreas) se atribuyen a acciones agrarias promovidas por la Comisión para
la Regularización de la Tenencia de la Tierra (CORETT), la cual ha promovido
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