Marejadas Rurales y Luchas por la vida CONSTRUCCIÓN SOCIOCULTURAL y ECONÓMICA del CAMPO | Page 91
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JOSÉ ÁLVARO HERNÁNDEZ FLORES
Crecimiento urbano y propiedad social: el papel de los ejidos en la zona conurbada de Puebla
puede apreciar que solo 3 municipios acusan un índice catalogado como “bajo”,
4 están clasificados con un índice “medio”, mientras que 6 de ellos muestran
niveles iguales, o incluso superiores a los que están vigentes en la capital del
estado (“medio alto” y “alto”).
A la luz de los datos anteriores queda claro que bajo los criterios clásicos
(densidad poblacional, predominio de los sectores secundario y terciario,
infraestructura y servicios públicos) la mayoría de los municipios que forman
parte del área conurbada acusan, desde hace ya varios años, algunas de las
características propias del fenómeno urbano.
Pese a lo anterior, es necesario reconocer la existencia de un conjunto de
atributos que los identifican con la ruralidad.
Al reducir la escala de análisis a nivel de las localidades es posible apreciar
que existe al interior de cada municipio un alto grado de heterogeneidad en
términos de su concentración poblacional. Si se asume el criterio convencional,
según el cual, una localidad es catalogada como rural si el número de sus
pobladores es menor o igual a 2 mil 500 habitantes, se puede afirmar que el
88.6% de las localidades ubicadas en la zona conurbada cae en esta categoría.
No obstante, si se asume un criterio más amplio –por ejemplo, el límite de 15
mil o más habitantes que el propio Programa Angelópolis utiliza (Gobierno
del Estado de Puebla, 1994)– el porcentaje de localidades rurales en la zona
conurbada aumenta hasta alcanzar 96.7% (INEGI, 2010).
Tal dispersión puede ser explicada en buena medida partir de la persistencia
de la propiedad ejidal, modalidad de tenencia que sirve de sustento al desarrollo
de las actividades agropecuarias de la región y que para efectos prácticos
constituye, aún en las condiciones de penetración de las dinámicas y procesos
urbanos referidos previamente, un límite al crecimiento de la ciudad.
3. Suelo social y ruralidad en el ACP
La importancia de las actividades agrícolas en los municipios conurbados queda
de manifiesto al analizar el porcentaje de la población ocupada en el sector
primario. En algunos municipios de la reserva territorial, como Ocoyucan o
Tlaltenango, este porcentaje alcanza el 40%. Otros muestran una estructura
sectorial más diversificada, aunque dependiente de las actividades primarias;
tal es el caso de Coronango, Cuautinchán, Huejotzingo y Juan C. Bonilla, en
donde alrededor del 20% de la población se ocupa en este tipo de actividades.
Finalmente están los municipios en los que se aprecia con claridad el repliegue
del sector primario frente al resto de los sectores, como San Andrés Cholula