Marejadas Rurales y Luchas por la vida CONSTRUCCIÓN SOCIOCULTURAL y ECONÓMICA del CAMPO | Page 85

60 JOSÉ ÁLVARO HERNÁNDEZ FLORES Crecimiento urbano y propiedad social: el papel de los ejidos en la zona conurbada de Puebla Pese a los pronósticos catastrofistas que auguraban una fuerte tendencia a la privatización de las tierras ejidales y un incremento de la migración hacia las zonas urbanas (Pradilla, 1992; Verduzco, 1992), la reforma tuvo efectos diferenciados por región y condición demográfica. El Registro Agrario Nacional (RAN) estimaba a principios de 2013 la adopción del dominio pleno por parte de 4 mil 489 núcleos agrarios, esto es el 14% del total de ejidos y comunidades del país. La superficie privatizada ascendía en esa fecha a un total de 2 millones 846 mil 103 hectáreas, correspondiente al 3% de la superficie de propiedad social (100 millones 141 mil 740 hectáreas). Salazar (2009) muestra que si bien este proceso fue más dinámico en las zonas metropolitanas del país –en donde en el curso de los 15 años posteriores a la reforma se lograron desincorporar del régimen social 3 966 km2, equivalentes al 5.5% de la superficie social certificada– dicho proceso no se dio necesariamente en las zonas que registraban mayor crecimiento poblacional o que presentaban altas tasas de crecimiento de vivienda o de migración, lo que obliga a considerar otro tipo de factores, como la ubicación de la propiedad social con respecto al área urbanizada y la dinámica del mercado inmobiliario, entre otros. Más allá de las variables de orden estructural que pudieran constituirse en factores explicativos de las diferencias con que se presenta el proceso de urbanización ejidal a lo largo del país, es importante considerar las estrategias instrumentadas por los campesinos urbanos y que subyacen a las distintas modalidades de vinculación que se dan entre lo rural y lo urbano al interior de los ejidos. En el análisis de la expansión urbana de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, Cruz (2002) plantea que algunos núcleos agrarios, ante la crisis estructural del sector agropecuario y el embate de la mancha urbana, han asumido conductas especulativas, sumándose al mercado inmobiliario mediante la venta directa de las parcelas a particulares o cediendo derechos a un fraccionador. No obstante, sostiene que a la par de este proceso, existen numerosos ejidos que, dentro de la misma periferia urbana y frente a las mismas condiciones estructurales, han aprovechado la cercanía de la ciudad para incorporarse al trabajo asalariado y diversificar sus fuentes de ingreso, lo que les ha permitido mantener vigente la producción agrícola y la propiedad ejidal. Lo anterior denota la existencia de múltiples y diversas formas de articulación entre lo urbano y lo rural que pudieran interpretarse, entre muchas otras cosas, como producto de estrategias de repliegue o resistencia frente al embate de los procesos urbanos.