Marejadas Rurales y Luchas por la vida CONSTRUCCIÓN SOCIOCULTURAL y ECONÓMICA del CAMPO | Page 186

MARÍA PAULA HERRERA SALAZAR Saberes de milperos: reflexiones en torno a la alimentación territorializada de los choles de Tila Una dimensión más de la territorialización del alimentarse para los choles es la de sus hábitos de consumo de alimentos, por ejemplo, con relación al ritmo en que se come allí: ellos comen “despacio, muy despacio y siempre con tortillas” (Herrera Salazar, 2015: 145) y propenden por comer juntos, incluso si eso implica posponer la hora de la comida hasta que lleguen todos del trabajo. En todo caso, se dan el tiempo de disfrutar los alimentos, de saborearlos y de masticarlos bien, de comer “tranquilos” aquello que han preparado las mujeres con productos de sus milpas o traspatios; lo que han cocinado en sus propias casas con la leña que trajeron del monte en sus espaldas, y lo que han preparado de las formas en que ellas tan bien lo saben hacer. Conclusiones Hasta aquí expuse cuatro reflexiones centrales que dan cuenta de por qué la alimentación es una de las formas más contundentes de territorializar en las culturas: 1. En una comunidad sólo se come lo territorialmente pertinente, esto es, lo que “se sabe comer”, lo que se produce localmente o se puede conseguir a través de diferentes medios; aquello que se considera como saludable y nutritivo o bien como perjudicial. 2. A través de la alimentación se pueden comprender procesos de injusticia cognitiva global. Lo cual implica que alimentarse es un acto político en tanto lo que se lleva a la mesa y se incorpora depende de cómo se valoran (desde lo local-global-local) los saberes que dan origen a ciertos alimentos, técnicas y modos de consumo de los mismos. 3. La cocina es por excelencia el lugar donde las mujeres territorializan sus relaciones y sus saberes, pues en el ejercicio de cocinar se vinculan de un modo práctico al territorio (espacio-tiempo) que habitan e incorporan al alimentarse. Además, la cocina es un lugar fundamental para los discursos, donde se adquieren los saberes y la experiencia necesarios para la re-producción de la comunidad a nivel físico, biológico y sociocultural. 4. Los gustos y los sabores sirven para territorializar, ya que regulan la incorporación física, subjetiva y social de las personas a su comunidad: definen quién pertenece al grupo y quién no, y funcionan como mecanismo de control de conductas inadecuadas. A lo largo del escrito afirmé que territorializar es sentar una posición sobre el mundo, es poder vivir un “yo soy de aquí y aquí somos así porque actuamos 161