Marejadas Rurales y Luchas por la vida CONSTRUCCIÓN SOCIOCULTURAL y ECONÓMICA del CAMPO | Page 178
MARÍA PAULA HERRERA SALAZAR
Saberes de milperos: reflexiones en torno a la alimentación territorializada de los choles de Tila
por tradiciones y gustos personales. Los vegetales son, por mucho, la categoría
más abundante en el espectro de su alimentación, constituyéndose en la base
fundamental de la dieta mesoamericana. Entre las plantas cultivadas más
destacadas en la milpa está el maíz (ixim) 2 [Zea Mays L. ssp. Mays], con
todas sus variedades y formas de preparación según el estado de madurez
(tierno o seco) y el gusto de la cocinera. Además, del maíz se usa el grano,
pero también las hojas para envolver tamales, y los pelos (cabello o estilos)
se emplean como medicina diurética y para controlar la presión arterial. En
el mismo renglón están los frijoles (bu’l) [Phaseolus vulgaris], que se comen
en vaina (ejote), tiernos o secos, también en aprovechando su diversidad. Lo
mismo ocurre con la calabaza (de la familia Cucurbita), planta infaltable en las
milpas por ser benéfica en la conservación de la humedad del suelo, y también
para comer en múltiples formas: tierna, las puntas de las ramas, las flores, las
hojas, las pepitas y los frutos maduros. A la interacción entre estas tres plantas
fundamentales se le denomina “triada mesoamericana” y para complementarla
está el chile (ich, hay varias clases) [Capsicum annuum], también cultivado
en milpas y traspatios, complemento infaltable en las mesas de los choles (y
los mesoamericanos en general).
Algunas leguminosas y cereales que no se producen localmente también
forman parte de su alimentación, tal es el caso de las lentejas, el arroz y la
avena, aunque su consumo es reducido y por lo general se limita a las raciones
que dan a los niños en los programas gubernamentales contra el hambre. En
contraste, el consumo de quelites o verduras tiernas de hoja verde (pim-el) que
se obtienen en la milpa es muy alto; así como el de otras frutas, verduras y
plantas para guisar que pueden sembrar o recolectar en sus milpas y traspatios,
por ejemplo el aguacate (tz’intz’un), el durazno (tulasn), los cítricos (limón:
limunix, naranja: alaxax), el plátano (ja’as) [Musa paradisiaca], el chayote
(cidra, ch’ix chujm) [Sechium edule], el camote (ajkum), la yuca (tz’ijm)
[Manihot esculenta], la cueza (ko’säjm), el makal (pokó) [Colocasia esculenta],
ciertas setas comestibles, el cilantro (kulantaj), el perejil, la albajaca (ix tioj
pim-el) [Ocimum basilicum] y el achiote (jo’ox) [Bixa orellana]. Hay algunas
plantas de las cuales también se usan las hojas, las flores o las ramas para curar
Los términos en chol se escriben en cursiva y entre paréntesis, siguiendo la Norma de Escritura
de la lengua Ch’ol, propuesta por el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI, 2011). Los
nombres en chol de las especies mencionadas a lo largo del documento, obedecen a lo concretado
en las conversaciones con las familias y no han pasado por una revisión lingüística exhaustiva.
La clasificación taxonómica de algunas de esas especies se escribe entre corchetes y en cursiva,
con el fin de orientar al lector, sin ser el centro de los análisis, y responde a lo consignado en
EncicloVida, un recurso oficial de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la
Biodiversidad Mexicana – CONABIO (disponible en: http://www.enciclovida.mx/).
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