Marejadas Rurales y Luchas por la vida CONSTRUCCIÓN SOCIOCULTURAL y ECONÓMICA del CAMPO | Page 154

IGNACIO LÓPEZ MORENO El potencial del enfoque centrado en el actor como metodología de estudio del turismo rural encontramos trabajos que nos analizan su centralidad en la llamada Nueva Ruralidad (López-Moreno y Aguilar-Criado, 2013; Millán-Vázquez de la Torre, Morales-Fernández, y Pérez-Naranjo, 2014), o su relación con prácticas como la gastronomía (Schlüter, 2006; Millán-Vázquez de la Torre y Agudo- Gutiérrez; Thomé-Ortiz, 2015; Norrild, 2017; López-Moreno y Aguilar Criado, 2018), el desarrollo territorial (Navarro y Schlüter, 2010; Thomé-Ortiz, 2010; López-Moreno y Aguilar-Criado, 2012) o el despojo (López-Santillán, 2014; Rodríguez-Wallenius, 2015). Sin embargo, no se ha reflexionado con la misma intensidad sobre el cómo analizarlo. Resulta obvio que todos estos trabajos contaron con un planteamiento metodológico interesante, unos más innovadores (Miranda-Román, 2006; Thomé-Ortíz, 2010; 2015; López-Moreno y Thomé-Ortiz, 2015) y otros más clásicos (Lagunas-Arias, 2007; Zizumbo-Villareal y Monterroso-Salvatierra, 2015), pero es necesario generar reflexiones explícitas sobre cuestiones metodológicas para este campo epistémico. Estas reflexiones pueden seguir diversas vertientes. Por un lado, pueden ser reflexiones sobre métodos solos o comparados con otros métodos. Por el otro lado, podemos realizar reflexiones sobre enfoques de investigación, incluyendo sus aproximaciones a cuestiones ontológicas, metodológicas y/o epistémicas. Este último es el modelo que sigue este trabajo, ya que su objetivo es reflexionar sobre las limitaciones y potencialidades del Enfoque Centrado en el Actor (ECA) para el estudio de prácticas de turismo rural en México. Nuestra propuesta resulta compleja, ya que el campo epistémico natural de este enfoque son las prácticas y políticas de desarrollo (Long, 2007; Long y Ploeg, 1989; Long y Long, 1992), pero una apuesta de este trabajo es la búsqueda de una metodología orientada hacia los actores que protagonizan ese encuentro entre anfitriones y visitantes en espacios no-urbanos que llamamos turismo rural. Una de las principales limitaciones de este enfoque es su perspectiva micro-social, que, si bien nos permite describir y comprender la relación entre la estructura y la agencia de los actores, no es de utilidad para niveles de agregación mayores, donde enfoques como la economía política son más adecuados. Pese a ello, esta reflexión subraya el gran potencial que este enfoque tiene para comprender las relaciones de poder existentes entre los actores protagonistas de la práctica turística, así como el papel que las economías familiares tienen al facilitar la pluriactividad y generar la diversidad paisajística que podemos encontrar en espacios de turismo rural. 129