Marejadas Rurales y Luchas por la vida CONSTRUCCIÓN SOCIOCULTURAL y ECONÓMICA del CAMPO | Page 145

120 EMMA L. SIFUENTES OCEGUEDA l ANA TERESA SIFUENTES OCEGUEDA l KARLA YANIN RIVERA FLORES Segmentación del mercado y diferenciación social de los trabajadores agrícolas en el sur de Nayarit formas de organización del trabajo flexibles, complementadas con prácticas de control paternalistas, orientadas a favorecer la “cultura laboral” favorable para mayor control y productividad. La vinculación con las redes familiares se traduce en un proceso de proletarización de esos grupos ya que en la mayoría de los casos se trata de la primera incorporación al mercado de trabajo, sobre todo tratándose de mujeres y jóvenes, situación que supone además cambios en la organización familiar. Para tener acceso al empleo, las redes sociales constituyen un vínculo efectivo, no así para permanecer. El vínculo en todo caso funciona para la empresa a manera de presión sobre los recomendados y quien recomienda para presionar sobre el cumplimiento de las normas de la empresa. Se puede decir que la finalidad de las redes sociales como recurso organizativo para la empresa, consiste en facilitar la aplicación de las medidas de flexibilidad -cambios de actividad, horarios, asignación de tareas, pagos a destajo- con el fin de obtener mayor control y productividad de la fuerza de trabajo (Sifuentes, 2016). 2.2.2 Segmentación laboral- segregación social Se encontró vinculación de la segmentación del mercado de trabajo con prácticas discriminatorias de la empresa. De voz de los representantes de la empresa se registró que la política de reclutamiento de LT se apoya abiertamente en las redes familiares y de amistad de los trabajadores locales y excluye a trabajadores indígenas y migrantes. Esto se extiende a la organización del proceso de trabajo. Se pudo observar que la temporalidad y la división del trabajo por sexo constituyen factores de diferenciación, favorables a la empresa. Demandan habilidades específicas, antigüedad, confianza, liderazgo, a cambio de estabilidad en el puesto -que no permanencia- y mejor salario en puestos ocupados predominantemente por trabajadores jóvenes de sexo masculino, organizados en equipos de trabajo. En cambio, existe un trato discriminatorio para la fuerza de trabajo femenina, en términos de actividades, salarios y temporalidad del empleo. De esta manera se estimula por parte de la empresa el cierre social en los grupos favorecidos, fortaleciendo así la estructura segmentada del mercado de trabajo. Los procesos sociales que ello genera se traducen en mayor segmentación del mercado de trabajo, en la cohesión social de los grupos favorecidos y la segregación de los trabajadores excluidos de esos grupos o del mercado de trabajo.