Marejadas Rurales y Luchas por la vida CONSTRUCCIÓN SOCIOCULTURAL y ECONÓMICA del CAMPO | Page 129

104 LAURA ELENA SÁNCHEZ CASTILLO Cambio de la cultura del telar de cintura en Tlaquilpa, Veracruz Actualmente el hecho que la mujer vaya a la escuela, da como resultado un cambio también en la división social del trabajo familiar, ya que debe de cumplir con las tareas escolares, dejando la labor de cuidar los animales y de la casa a los mayores, o sea, a la madre y en el caso de que sea una familia compuesta se le queda el trabajo a las abuelas o tías sin hijos. Esto supone que la escuela puede funcionar como un arma de doble filo, por un lado, puede ser un lugar de esparcimiento de la cultura y tradiciones de la comunidad, como se nos narra a continuación: estaba un maestro ya se jubiló, pero es de acá, de Zongolica, pero era maestro, iba a la escuela, aprendió a tejer, ese señor si teje… si les enseñaba, pero las señoras chocosas no querían, decían “a mis hijos los mando a la escuela a aprender estudio, no a aprender a hilar, a escarminar lana, eso no”, se enojaban, no les gusto, así es, la gente ignorante… pues que aprendan, que aprendan el estudio de la escuela, que aprendan de hilar, que aprendan a tejer, pero ninguno aprendió, como son puro, el maestro que se enojaban las mamás ya no enseñó y luego se da cuenta de cómo hace la gente. (Entrevista con la señora María el día 14 de agosto de 2016). Y, por otro lado, las mujeres de la misma comunidad estaban en desacuerdo con lo anterior, ya que lo consideraban como fuera de lo institucional, debido a que se le exigía a la escuela enseñar otras cosas que les fueran “útiles” en la ciudad para “salir adelante”. Este hecho también hizo que las mujeres que tuvieron un acercamiento a las técnicas de tejido lo rechazarán debido a que sus madres hicieron que este tipo de aprendizaje se quitara. Existe también el testimonio contrario, donde las mujeres que sí adoptaron el tejido gracias al profesor argumentan que era un aprendizaje diferente y que gracias a eso, aprendieron a trabajar y a valorar las técnicas que sus madres aprendieron décadas atrás. Esto conlleva a una serie de aspectos que han modificado a la mujer joven de la vieja, por un lado, está la anciana que sabe el proceso productivo de una prenda tejida en el telar, además de cumplir con el papel de madre y esposa, sin embargo, para la joven, el proceso productivo se deja atrás y ahora la mujer es reconocida como tal por tener otros aspectos, como el ser una buena madre. En este caso, podemos ver que la mujer joven deja en las manos de su madre la labor del telar, llamándola antigua y con sentimientos que los hijos de la artesana consideran como envidia, como se dice a continuación: