Marejadas Rurales y Luchas por la vida CONSTRUCCIÓN SOCIOCULTURAL y ECONÓMICA del CAMPO | Page 129
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LAURA ELENA SÁNCHEZ CASTILLO
Cambio de la cultura del telar de cintura en Tlaquilpa, Veracruz
Actualmente el hecho que la mujer vaya a la escuela, da como resultado
un cambio también en la división social del trabajo familiar, ya que debe de
cumplir con las tareas escolares, dejando la labor de cuidar los animales y de
la casa a los mayores, o sea, a la madre y en el caso de que sea una familia
compuesta se le queda el trabajo a las abuelas o tías sin hijos.
Esto supone que la escuela puede funcionar como un arma de doble filo,
por un lado, puede ser un lugar de esparcimiento de la cultura y tradiciones
de la comunidad, como se nos narra a continuación:
estaba un maestro ya se jubiló, pero es de acá, de Zongolica, pero era maestro,
iba a la escuela, aprendió a tejer, ese señor si teje… si les enseñaba, pero las
señoras chocosas no querían, decían “a mis hijos los mando a la escuela a
aprender estudio, no a aprender a hilar, a escarminar lana, eso no”, se enojaban,
no les gusto, así es, la gente ignorante… pues que aprendan, que aprendan
el estudio de la escuela, que aprendan de hilar, que aprendan a tejer, pero
ninguno aprendió, como son puro, el maestro que se enojaban las mamás
ya no enseñó y luego se da cuenta de cómo hace la gente. (Entrevista con la
señora María el día 14 de agosto de 2016).
Y, por otro lado, las mujeres de la misma comunidad estaban en desacuerdo
con lo anterior, ya que lo consideraban como fuera de lo institucional, debido
a que se le exigía a la escuela enseñar otras cosas que les fueran “útiles” en
la ciudad para “salir adelante”.
Este hecho también hizo que las mujeres que tuvieron un acercamiento
a las técnicas de tejido lo rechazarán debido a que sus madres hicieron que
este tipo de aprendizaje se quitara.
Existe también el testimonio contrario, donde las mujeres que sí adoptaron
el tejido gracias al profesor argumentan que era un aprendizaje diferente y que
gracias a eso, aprendieron a trabajar y a valorar las técnicas que sus madres
aprendieron décadas atrás.
Esto conlleva a una serie de aspectos que han modificado a la mujer joven
de la vieja, por un lado, está la anciana que sabe el proceso productivo de una
prenda tejida en el telar, además de cumplir con el papel de madre y esposa, sin
embargo, para la joven, el proceso productivo se deja atrás y ahora la mujer es
reconocida como tal por tener otros aspectos, como el ser una buena madre.
En este caso, podemos ver que la mujer joven deja en las manos de su
madre la labor del telar, llamándola antigua y con sentimientos que los hijos
de la artesana consideran como envidia, como se dice a continuación: