Maravilloso desastre Maravilloso Desastre | Page 94

—Sí —suspiré—, m e lo he pasado estupendam ente. Ha sido per- fecto. Él es… No pude encontrar una palabra adecuada para describirlo, por eso sim plem ente m oví la cabeza. —¿Te ha besado? Apreté los labios y asentí. —Sí, tiene unos labios m uy, m uy suaves. Travis se apartó. —No m e im porta cóm o son sus labios. —Créem e, es im portante. Me pongo tan nerviosa con los prim eros besos…, pero este no ha estado nada m al. —¿Te pones nerviosa por un beso? —preguntó divertido. —Solo con los prim eros besos. Los odio. —Yo tam bién los odiaría si tuviera que besar a Parker Hay es. Me reí tontam ente y m e fui hacia el baño a quitarm e el m aquillaj e de la cara.Travismesiguió,apoyándoseenlajambadelapuerta. —¿Así que vais a salir otra vez? —Sí. Me llam ará m añana. Me sequé la cara y corrí por el pasillo para saltar a la cam a. Travis se quitó los calzoncillos y se sentó con la espalda vuelta hacia m í. Estaba un poco encorvado y parecía cansado. Los m úsculos de su espalda se estiraron cuando se volvió para m irarme un instante. —Si te lo has pasado tan bien, ¿por qué has vuelto tan tem prano a casa? —Tiene un exam en im portante el lunes. Travis arrugó la nariz. —¿A quién le im porta? —Está intentando entrar en Harvard. Tiene que estudiar. Resopló arrastrándose sobre su estóm ago. Lo vi m eter las m anos baj o la alm ohada, parecíaenfadado. —Sí, claro, eso es lo que dice a todo el m undo. —No seas idiota. Tiene prioridades…, creo que es un tío responsable. —¿No debería estar su chica por encim a de sus prioridades? —No soy su chica. Solo hem os salido una vez, Trav —m e quej é. —¿Pues qué habéis hecho j untos? —Le dirigí una m irada airada y él se echó a reír—. ¿Qué? ¡Tengocuriosidad! Viendo que era sincero, le conté todo, desde el restaurante, la com ida, incluso las cosas bonitas y dulces que Parker m e había dicho. Sabía que