Maravilloso desastre Maravilloso Desastre | Page 88

que hiciste, pero quieres que m e preocupe. Le dices a Am erica que no quieres salir conm igo, pero te cabreas tanto cuando y o digo lo m ism o que te m archas de casa enfurecido y te em borrachas. Nada de lo que haces tiene sentido. —¿Por eso le dij iste esas cosas a Am erica? ¿Porque y o había dicho que no quería salir contigo? Me rechinaron los dientes. Acababa de insinuar que estaba j ugando con él. Le respondí de la form a m ás directa que pude. —No, quise decir lo que dij e. Sim plem ente no tenía intención de que fuera un insulto. —Pues y o lo dij e porque… —se rascó nerviosam ente su corto pelo— no quiero estropear nada. Ni siquiera sé cóm o hacer para ser lo que te m ereces. Solo intentabaaveriguarlo. —Vale, m uy bien, pero tengo que dorm ir. Tengo una cita esta noche. —¿Con Parker? —preguntó; su tono volvía a traicionar su m al hum or. —Sí. ¿Puedo dorm ir, por favor? —Claro —dij o, saliendo bruscam ente de la cam a y dando un porta- zo tras de sí al salir. El sillón cruj ió baj o su peso y luego el m urm ullo de voces de la televisión llegó desde la sala. Cerré los oj os con fuerza e intenté calm arm e lo suficiente para adorm ilarm e aunque solo fuera unashoras. El despertador dio las tres de la tarde cuando abrí trabaj osam ente los oj os. Agarré una toalla y m i bata, y m e dirigí torpem ente al baño. En cuanto cerré la cortina de la ducha, la puerta se abrió y se cerró. Esperé a que alguien hablara pero solo oí la tapa del inodoro golpeando la porcelana. —¿Travis? —No, soy y o —dij o Am erica. —¿Tienes que hacer pis aquí? Tienes tu propio baño. —Shep ha estado allí m ás de m edia hora con la m ierda de las cer- vezas. No pienso entrar allí. —Encantador. —He oído que tienes una cita esta noche. ¡Travis está cabreado! —canturreó. —¡Alas seis!Es tandulce,America.Es simplemente…—