Maravilloso desastre Maravilloso Desastre | Page 86

Me volví para ver a Parker m irándonos con una expresión incóm oda. Se aupó para fisgar dentro del apartam ento. —¿Hay alguna chica hum illada, abandonada ahí dentro, que necesite que la lleve? Travis fulm inó a Parker con la m irada. —No te m etas conm igo. Parker sonrió y m e guiñó el oj o. —Siem pre se lo hago pasar m al. No lo consigo a m enudo y a que se ha dado cuenta de que es m ás fácil si las chicas vienen en sus propios coches. —Im agino que eso sim plifica las cosas —dij e, tom ándole el pelo a Travis. —No tiene gracia, Palom a. —¿Palom a? —preguntó Parker. —Es… un m ote, sim plem ente un apodo, ni siquiera sé de dónde salió —dij e. Fue la prim era vez que m e sentí rara con el nom bre que Travis m e había puesto la noche que nos conocimos. —Ya m e lo explicarás cuando lo averigües. Parece una buena historia — sonrió Parker—. Buenas noches,Abby. —¿No quieres decir buenos días? —dij e, m irándolo baj ar las esca- leras al trote. —Eso tam bién —m e contestó con una dulce sonrisa. Travis cerró la puerta de un portazo, y tuve que apartar la cabeza bruscam ente hacia atrás para evitar que m e pillara lacara. —¿Qué pasa? —le grité enfadada. Travis agitó la cabeza y se fue a su habitación. Lo seguí y luego fui saltando sobre un pie tras lanzar uno de m is zapatos de tacón. —Es m uy m aj o, Trav. Suspiró y cam inó hacia m í. —Te vas a hacer daño —dij o, cogiéndom e la cintura con uno de sus brazos y quitándom e el otro tacón con la otra. Lo lanzó al arm ario y luego se quitó la cam isa en dirección hacia la cama. Me baj é la crem allera del vestido, m e lo quité contoneándom e por encim a de las caderas y lo lancé con un pie a un rincón. Rápidam ente m e puse una cam iseta y luego m e solté el suj etador sacándolo a través de la m anga. Mientras m e recogía el pelo haciéndom e un m oño en el cogote, m e di cuenta de que m e estaba mirando.