Maravilloso desastre Maravilloso Desastre | Page 85

la espalda de Parker. Sus oj os m e lanzaron dardos y luego sus rasgos sesuavizaron. —Para y a —dij e entre dientes, siguiendo a Parker por en m edio de la gente que quedaba hasta su coche. —El m ío es el plateado. Las luces delanteras del coche parpadearon dos veces cuando ac- cionó el m ando del coche. Abrió la puerta del acom pañante yreí. —¿Llevas un Porsche? —No es sim plem ente un Porsche. Es el nueve cero uno GT-tres. Hay una grandiferencia. —Déj am e adivinar, ¿es el am or de tu vida? —dij e, repitiendo la frase que Travis había dicho sobre su m oto. —No, es un coche. El am or de m i vida será una m uj er con m i apellido. Me perm ití una sonrisita, intentando que su sensibilidad no m e afectara dem asiado. Me cogió de la m ano para ay udarm e a entrar en el coche y, cuando se puso detrás del volante, apoy ó la cabeza contra su asiento y m esonrió. —¿Qué vas a hacer esta noche? —¿Esta noche? —pregunté. —Ya es m añana. Quiero invitarte a cenar antes de que otro m e quite la oportunidad. Sonreí de orej a a orej a. —No tengo ningún plan. —¿Te recoj o a las seis? —De acuerdo —dij e, m irando com o deslizaba sus dedos entre los m íos. Parker m e llevó directam ente a casa de Travis, m anteniendo la ve- locidad perm itida y m i m ano en la suy a. Aparcó detrás de la Harley y, com o antes, m e abrió la puerta. Cuando llegam os a la entrada se inclinó para besarm e en la mejilla. —Descansa un poco. Te veré esta noche —m e susurró al oído. —Adiós —dij e, girando el pom o. Cuando em puj é la puerta, cedió y m e caí hacia delante. Travis m e agarró por el brazo antes de tocar el suelo. —Alto ahí, Excelencia.