—Sí, hace un poquito de fresco —dij e, sonriendo cuando se
quitó la americana y m e cubrió con ella los hom bros—. Gracias.
—¿Estás aquí con Travis?
—Vinim os en coche j untos.
La boca de Parker se ensanchó en una am plia sonrisa, y luego m iró
hacia el césped. Había un grupo de chicas apiñadas; se abrazaban para
com batir el frío. El suelo se hallaba cubierto de papel pinocho y latas de
cerveza, adem ás de botellas de licor vacías. Entre la confusión, los herm
anos Sig Tau estaban alrededor de su obra m aestra: una pirám ide de
barriles decorados con luces blancas.
Parker sacudió la cabeza.
—Este lugar quedará destrozado por la m añana. El equipo de lim
pieza va a estar m uy atareado.
—¿Tenéis un equipo de lim pieza?
—Sí —sonrió—, los llam am os los novatos.
—Pobre Shep.
—Él no está en el grupo. Tiene un trato especial porque es prim o de
Travis y no vive en la Casa.
—¿Y tú sí vives en la Casa? Parker asintió.
—Los dos últim os años. Sin em bargo, necesito conseguir un apar-
tam ento.
Necesito un lugar m ás tranquilo para estudiar.
—Déj am e que adivine…, ¿te especializas en Econom ía?
—Biología, con Anatom ía de optativa. Me queda un año m ás, hacer
los exám enes de ingreso a la facultad de Medicina, y luego, si sale bien,
ir a hacer Medicina enHarvard.
—¿Ya sabes dónde te m etes?
—Mi padre fue a Harvard. Quiero decir, no lo sé seguro, pero él es un
antiguo alum no feliz, y a sabes qué quiero decir. Por ahora llego a cuatro
punto cero,saqué un dos m il doscientos en selectividad, y treinta y seis
de m edia en el bachillerato. Tengo m uchas posibilidades de conseguir
unaplaza.
—¿Y tu padre? ¿Es m édico?
Parker asintió con una sonrisa benévola.
—Ciruj ano ortopédico.
—Im presionante.