Maddox!
El volumen se disparó cuando Travis apareció por una puerta al otro
lado de la sala. Hizo su entrada con el pecho desnudo, tranquilo y espon-
taneo. Camino sin prisas hacia el centro del perimento, como si llegara al
trabajo un dia cualquiera. sus musculos fibrosos se estiraron bajo la piel
tatuada mientras chocaba los puños contra los nudillo de Marek. Travis
se inclino hacia Marek y le susurró algo al oido; el luchador mantuvo
con gran dificultad su expresión severa. Ambos contendientes estaban de
pie uno frente a otro, mirandose directamente a los ojos. Marek tenia una
mirada asesina; Travis parecía ligeramente divertido.
Los dos hombre retrocedieron un poco; Adam hizo sonar la sirena del
megáfono. Marek adoptó una postura defensiva y Travis lo atacó.
Al perder la línea de visión, me puse de puntillas, balanceándome
de un lado a otro para observar mejor.. Subía poco a poco, deslizándo-
me entre la turba que gritaba. Recibí codazos en los costados y golpes
de hombros que chocaban contra mí. y me hacían rebotar de aquí para
allá como una bola de pintball. Empezaba a ver las cabezas de Marek y
Travis, así que seguí abriéndome paso hacia delante.
Cuando por fin alcancé la primera fila, Marek cogió a Travis con sus
fuertes brazos e intentó tirarlo al suelo. Cuando Marek se inclinó hacia
atrás con el movimiento, Travis estrelló la rodilla contra la cara de su
rival. Sin darle tiempo a recuperarse del golpe, Travis lo atacó; sus puños
alcanzaron la cara ensangrentada de Marek una y otra vez.. Cinco dedos
se hundieron en mi brazo y me eché hacia atrás.
–¿Qué demonios estás haciendo, Abby? –preguntó Shepley.
–¡No veo nada desde ahí atrás! –grité.
Me volví justo a tiempo para ver a Marek lanzar un puñetazo. Travis
se giró y por un momento pensé que solo había evitado el golpe, pero
dio una vuelta completa, hasta clavar el codo derecho en el centro de la
nariz de Marek. La sangre me roció la cara y salpicó la parte superior de
mi chaqueta. Marek cayó al suelo de cemento con un ruido sordo y en un
instante la sala se quedó en completo silencio.
Adam lanzó un pañuelo de tela escarlata sobre el cuerpo sin fuerzas
de Marek y la multitud estalló. El dinero cambio de manos una vez más
y las expresiones se dividieron entre la suficiencia y la frustración. El
vaivén de la gente me zarandeaba.. America me llamó desde algún punto