—Eres m i m ej or am iga. Me parece que a veces te conozco m ej or
de lo que te conoces tú a ti m ism a. Os veo j untos, y la única diferencia
que hay respecto a Shep y a m í es que nosotros nos acostam os. Nada
m ás.
—Hay una diferencia enorm e, enorm e. ¿Acaso Shep trae cada no-
che a casa a una chica diferente? ¿Vas a ir a la fiesta de m añana
con un tío que definitivam ente puede ser un novio potencial? Sabes
que no puedo liarm e con Travis, Mare. Ni siquiera sé por qué estam
osdiscutiéndolo.
La expresión se Am erica se transform ó en decepción.
—No estoy inventándom e nada, Abby. Has pasado casi cada m inu-
to del últimomesconél.Admítelo:sientesalgoporesechico.
—Déj alo, Mare —dij o Travis, ciñéndose la toalla alrededor de la
cintura.
Am erica y y o dim os un respingo al oír la voz de Travis y, cuando
m i m irada se cruzó con la suy a, vi claram ente que la felicidad había
desaparecido de ella. Se fue al vestíbulo sin decir nada m ás, y Am erica
m e m iró con una expresión triste.
—Creo que estás com etiendo un error —susurró ella—. No necesitas
ir a esa fiesta a conocer a un chico, y a tienes a uno loco por ti aquí m ism
o —prosiguió, dej ándome a solas.
Me balanceé en el sillón y repasé m entalm ente todo lo que había
ocurrido esa últim a sem ana. Shepley estaba enfadado conm igo, Am
erica, decepcionada, y Travis… había pasado de estar m ás feliz de lo que
lo había visto j am ás a sentirse tan ofendido que se había quedado sin
habla. Dem asiado nerviosa com o para m eterm e en la cam a con él, m
e quedé observando cóm o pasaban los m inutos en el reloj.
Había transcurrido una hora cuando Travis salió de su habitación y
apareció en el vestíbulo. Cuando dobló la esquina, esperé que m e pidiera
que fuera a la cam a con él, pero estaba vestido y llevaba las llaves de la
m oto en la m ano. Unas gafas de sol ocultaban sus oj os, y se m etió un
cigarrillo en la boca antes de agarrar el pom o de lapuerta.
—¿Te vas? —pregunté, incorporándom e—. ¿Adónde?
—Fuera —respondió, abriendo la puerta de un tirón y cerrándola de
un portazo trasél.
Volví a dej arm e caer en el sillón y resoplé. De alguna m anera m e