Maravilloso desastre Maravilloso Desastre | Page 70

su hueco habitual Me quedé de pie delante de la escalera. —Siem pre odio cuando llevan un rato en casa. Me siento com o si fuéram os a interrum pirlos. —Pues acostúm brate. Esta es tu casa durante las próxim as cuatro sem anas. —Travis sonrió y se volvió, dándom e la espalda—. Vam os. —¿Qué? Sonreí. —Vam os, te llevaré a caballito. Solté una risita y salté sobre su espalda, entrelazando los dedos so- bre su pecho, m ientras subía corriendo las escaleras. Am erica abrió la puerta antes de que pudiéram os llegar arriba ysonrió. —Menuda parej ita… Si no supiera… —Corta el rollo, Mare —dij o Shepley desde el sofá. Am erica sonrió com o si hubiera hablado m ás de la cuenta, entonces abrió la puerta de par en par para que cupiéram os. Travis se dej ó caer sobre el sillón. Chillé cuando se inclinó sobre m í. —Te veo trem endam ente alegre esta noche, Trav. ¿A qué se debe? —le espetó America. Me agaché para verle la cara. Nunca lo había visto tan contento. —He ganado un m ontón de dinero, Mare. El doble de lo que pensaba. ¿Por qué no iba a estarcontento? Am erica se rio. —No, es otra cosa —dij o ella, observando a Travis darm e palm aditas en el muslo. Tenía razón, Travis estaba diferente. Lo rodeaba un cierto halo de paz, casi com o si un nuevo sentim iento de alegría se hubiera adueñado de su alma. —Mare —la avisó Shepley. —De acuerdo, hablaré de otra cosa. ¿No te había invitado Parker a la fiesta de Sig Tau este fin de sem ana, Abby? La sonrisa de Travis se desvaneció y se volvió hacia m í, aguardando una respuesta. —Bueno, sí. ¿No vam os a ir todos? —Yo sí —dij o Shepley, absorto por la televisión. —Lo que significa que y o tam bién voy —dij o Am erica, m irando