Maravilloso desastre Maravilloso Desastre | Page 52

Tenía la camiseta empapada por el circo que había montado en la pis- ta de baile, y me limpié la mano en la falda ostentosamente. Travis puso mala cara. —¿Acaso conoces a este tío? —Es Ethan —dije, dedicándole la mejor sonrisa de flirteo a mi nuevo amigo. Me guiñó un ojo, después miró a Travis y le tendió la mano. —Me alegro de verte. Travis me observó expectante hasta que cedí y lo señalé con la mano. —Ethan, este es Travis —murmuré. —Travis Maddox —apuntilló él, mirando la mano de Ethan como si quisiera arrancársela. Los ojos de Ethan se abrieron como platos y, con poca elegancia, apartó la mano. —¿Travis Maddox? ¿El Travis Maddox de Eastern? —Apoyé la me- jilla en el puño, temiendo la inevitable escena exacerbada por la testoste- rona que podría desarrollarse a continuación. Travis alargó el brazo por detrás de mí para agarrarse a la barra. —¿Sí? ¿Qué pasa? —Te vi luchar con Shawn Smith el año pasado, tío. ¡Pensaba que estaba a punto de presenciar la muerte de alguien! —Travis lo fulminó con la mirada. —¿Quieres verlo de nuevo? Ethan soltó una carcajada, y nos miró por turnos. Cuando se dio cuen- ta de que Travis iba en serio, me sonrió como señal de disculpa y final- mente se fue. —¿Estás lista ahora? —espetó él. —Eres un auténtico gilipollas, ¿lo sabías? —Me han llamado cosas peores —me dijo, ayudándome a levantarme del taburete. Seguimos a America y a Shepley hasta el coche, y cuando Travis intentó cogerme de la mano y llevarme a través del aparcamiento, la aparté. Se dio media vuelta y yo me detuve bruscamente, retrocedien- do cuando él se quedó a tan solo unos centímetros de mi cara. —¡Debería besarte ya y acabar con esto! —gritó él—. ¡Esto es ridícu- lo! Te besé en el cuello, ¿y qué? Su aliento olía a cervezas y cigarrillos, así que lo aparté. —No soy tu amiga con derecho a roce, Travis. Él sacudió la cabeza, sin poder creérselo.