Maravilloso desastre Maravilloso Desastre | Page 32

—Amigos. Parker asintió y sonrió. —¿Te ha dicho que hay una fiesta en la fraternidad este fin de semana? —Básicamente hablamos de Biología y comida. Parker se rio. —Eso suena mucho a Travis. En la puerta del Morgan Hall, Parker me miró a la cara con sus enor- mes ojos verdes. —Deberías venir. Será divertido. —Lo comentaré con America. No creo que tengamos ningún plan. —¿Sois una especie de pack de dos? —Hicimos un pacto este verano. Nada de ir a fiestas solas. —Inteligente —asintió en señal de aprobación. —Conoció a Shep en Orientación, así que, en realidad, tampoco he tenido que ir con ella a todas partes. Esta será la primera vez que necesite pedírselo, así que estoy segura de que vendrá encantada. Me encogí intimidada. No solo balbuceaba, sino que había dejado claro que no solían invitarme a ir a fiestas. —Genial, nos vemos allí —dijo él. Se despidió con su sonrisa perfecta, propia de un modelo de Banana Republic, con su mandíbula cuadrada y el bronceado natural de su piel, y se dio media vuelta para seguir andando por el campus. Observé cómo se alejaba: alto, bien afeitado, con una camisa ajustada de rayas finas y pantalones vaqueros. Su pelo ondulado, rubio oscuro, se movía mientras caminaba. Me mordí el labio, halagada por su invitación. —Bueno, este va más a tu ritmo —me dijo Finch al oído. —Es mono, ¿verdad? —pregunté, incapaz de dejar de sonreír. —Pues sí, oye. Si te mola el rollo pijo y la posición del misionero, sí. —¡Finch! —grité, dándole un manotazo en el hombro. —¿Tienes los apuntes de Sherri? —Sí —dije, mientras los sacaba del bolso. Se encendió un cigarrillo, lo sostuvo entre los labios y hojeó los papeles. —Increíblemente brillante —dijo él, mientras repasaba las pá- ginas. Las dobló, se las guardó en el bolsillo y después dio otra cala-