para decir que no. Pegó sus labios contra los m íos y su lengua entró en m
i boca sin vacilación. Incapaz de controlarm e, lo agarré por la cam iseta
y lo atraj e hacia m í. Hizo un ruido con su voz alucinante y profunda, y
m e agarró con tanta fuerza que m e costabarespirar.
Se apartó, sin aliento.
—Llam a a Parker. Dile que no quieres verlo m ás. Dile que estás
conm igo. Cerré los oj os.
—No puedo estar contigo, Travis.
—¿Por qué dem onios no? —dij o, soltándom e.
Sacudí la cabeza, tem erosa de su reacción a la verdad. Soltó una
carcaj ada.
—Increíble. La única chica de la que m e enam oro no quiere estar
conm igo.
Tragué saliva, consciente de que tendría que acercarm e a la verdad m
ás de lo que lo había hecho en meses.
—Cuando Am erica y y o nos m udam os aquí, teníam os el propó-
sito de hacer ciertos cam bios en m i vida. O m ás bien de no seguir con
ciertos hábitos. Las peleas, las apuestas, la bebida son las cosas que dej é
atrás. Cuando estoy contigo, todo se m e viene encim a en un irresistible
conj unto cubierto de tatuaj es. No me m udé a cientos de kilóm etros
para volver a caer en lo m ism o.
Me levantó la barbilla para que lo m irara.
—Sé que m ereces a alguien m ej or que y o. ¿Te crees que no lo sé?
Pero si hay una m uj er hecha para m í, eres tú… Haré lo que sea necesa-
rio, Palom a. ¿Me oy es? Estoy dispuesto atodo.
Me solté, avergonzada por no poder decirle la verdad. Era y o la que
no estaba a la altura. Sería y o la que acabaría arruinándolo todo; inclui-
do a él. Acabaría odiándom e algún día y no podría soportar ver su m
irada cuando llegara ese momento.
Con la m ano, m antenía la puerta cerrada.
—Dej aré de pelear en cuanto m e gradúe. No volveré a beber ni una
sola gota. Te daré el final feliz, Palom a. Solo necesito que creas en m í.
Puedohacerlo.
—No quiero que cam bies.
—Entonces dim e qué tengo que hacer. Dím elo y lo haré —m e rogó.
Cualquier idea de estar con Parker se había esfum ado hacía tiem