—¿El m iércoles entonces?
—Sí, el m iércoles, genial —dij e, con una sonrisa forzada. Parker se
agitó en su asiento. Algo lo inquietaba.
—Abby, hay una fiesta dentro de un par de fines de sem ana en la
Fraternidad…
Me encogí incóm oda, tem iendo la discusión que tendríam os inevi-
tablem ente.
—¿Qué pasa? —preguntó él, riendo nervioso.
—No puedo ir contigo —dij e, m ientras salía del coche.
Él m e siguió y se reunió conm igo en la entrada de Morgan.
—¿Tienes planes? Hice un m ohín.
—He quedado… Travis y a m e ha pedido que vay a con él.
—¿Que Travis te ha pedido qué?
—Que vay a con él a la fiesta de citas —le expliqué, un poco frustrada.
La cara de Parker se puso colorada y pasaba el peso del cuerpo de un
pie a otro.
—¿Vas a la fiesta de citas con Travis? Él nunca asiste a esas cosas. Y
solo sois am igos, así que no tiene sentido que vay as con él.
—Am erica no quería ir con Shep si y o no iba. Se relaj ó.
—Entonces puedes ir conm igo —dij o, sonriendo y entrelazando sus
dedos con los m íos.
Respondí a su solución con una m ueca.
—No puedo cancelar los planes con Travis y después ir contigo.
—No veo dónde está el problem a —dij o encogiéndose de hom
bros—. Podrás estar allí para contentar a Am erica y Travis se librará de
tener que ir. Siem pre está defendiendo que dej en de celebrarse esas
fiestas. Cree que son una plataform a para que nuestras novias nos obli-
guen a hacer pública unarelación.
—Era y o la que no quería ir. Él tuvo que convencerm e.
—Bueno, pues ahora tienes una excusa —argum entó él.
Su confianza en que iba a cam biar de opinión resultaba exasperante.
—Lo cierto es que no quiero ir con nadie. A Parker se le había agota-
do la paciencia.
—Solo para dej ar las cosas claras. Tú no quieres ir a la fiesta de citas.
Travis quiere ir, te invita… ¿y no quieres cancelar los planes con él
para ser m i acom pañante, aunque al principio ni siquiera queríasir?