Maravilloso desastre Maravilloso Desastre | Page 159

vida o m uerte parati? —¡Desde que lo hice contigo! Miré a m i alrededor, consciente de que estábam os m ontando una escena. La gente pasaba a nuestro lado lentam ente, m irándonos y ha- blándose entre susurros. Sentí que m e ardían las orej as y esa sensación se extendió por toda m i cara, hastaquesemehumedecieronlosojos. Cerró los oj os para intentar recuperar la com postura antes de hablar de nuevo. —¿Es eso? ¿Crees que no significó nada para m í? —Eres Travis Maddox. Sacudió la cabeza, asqueado. —Si no te conociera m ej or, pensaría que m e estás echando en cara m i pasado. —No m e parece que lo ocurrido hace cuatro sem anas sea el pasa- do. —Su gesto se torció y y o m e reí—. ¡Solo brom eo! Travis, no pasa nada. Yo estoy bien, tú estás bien. No hay por qué hacer una m ontaña de un grano de arena. Desapareció toda em oción de su cara y exhaló profundam ente por la nariz. —Sé lo que intentas hacer. —Apartó la m irada un m om ento, perdi- do en sus pensam ientos—. No m e queda m ás rem edio que dem ostrár- telo, entonces. — Frunció los oj os y m e m iró con la m ism a resolución que exhibía en sus peleas—. Si crees que sim plem ente voy a volver a follarm e a cualquiera, te equivocas. No quiero a nadie m ás. ¿Quieres que seam os am igos? Bien, som os am igos. Pero los dos sabem os que lo que ocurrió no fue solo sexo. Pasó furioso j unto a m í y cerré los oj os, soltando la respiración que había estado aguantando sin darm e cuenta. Travis se volvió para m irarm e y continuó el cam ino hacia su siguiente clase. Una lágrim a huidiza m e cay ó por la m ej illa, y m e la sequé de inm ediato. Las m iradas curiosas de m is com pañeros de clase se clavaron en m i espalda cuando m e fui caminando apesadum brada a clase. Parker estaba en segunda fila, y m e senté en la m esa que había j unto a la suya. Una sonrisa se extendió en su cara. —Tengo m uchas ganas de que llegue esta noche. Respiré hondo y sonreí, intentando dej ar atrás m i conversación con