Maravilloso desastre Maravilloso Desastre | Page 156

todo aquello por lo que nos hem os esforzado… ¡puf! —Chasqueé los dedos—. ¡Así, sin más! —Travis no dej aría que eso pasara. —No depende de él, ¿a que no? —Vas a rom perle el corazón, Abby. ¡Vas a rom perle el corazón! Eres la única chica en la que confía lo suficiente com o para enam orarse ¡y tú piensas colgarlodelpalomayor! Me aparté de ella, incapaz de ver la expresión que acom pañaba al tono de súplica de su voz. —Necesito el final feliz. Por eso vine aquí. —No tienes que hacerlo. Podría funcionar. —Hasta que la suerte m e dé la espalda. America levantó las manos al cielo y después las dejó caer en su regazo. —Por Dios, Abby, no em pieces con esa m ierda otra vez. Ya lo hem os hablado. Mi teléfono sonó y m iré la pantalla. —Es Parker. Ella sacudió la cabeza. —No hem os term inado de hablar. —¿Diga? —respondí, evitando la m irada de Am erica. —¡Abs! ¡Tu prim er día de libertad! ¿Qué tal te sientes? —dij o él. —Pues… m e siento libre —dij e, incapaz de fingir entusiasm o alguno. —¿Cenam os m añana por la noche? Te he echado de m enos. —Sí. —Me sequé la nariz con la m anga—. Mañana m e va genial. Después colgué el teléfono, Am erica frunció el entrecej o. —Cuando vuelva m e preguntará —dij o ella—. Querrá saber de qué hem os hablado. ¿Qué se supone que tengo que decirle? —Dile que m antendré m i prom esa. Mañana, a estas horas, y a no m e echará de m enos.