Maravilloso desastre Maravilloso Desastre | Page 154

¡Todo esto m e está asustando! El m iedo de sus oj os m e sonsacó solo una verdad parcial. —Sim plem ente no sabía cóm o despedirm e. Sabes lo que m e cuesta. —Hay algo m ás, Abby. ¡Se ha vuelto totalm ente loco! Le oí gritar tu nom bre y después recorrió todo el apartam ento buscándote. Irrum pió en la habitación de Shep preguntando dónde estabas. Entonces intentó llam arte. Una vez, otra y otra… —Cogió aire—. Su cara era…, Dios, Abby. Nunca lo he visto así.Arrancó las sábanas de la cam a y las lanzó por los aires, tiró tam bién las alm ohadas, rom pió su espej o de un puñetazo, pateó su puerta…, ¡la sacó de los goznes! Ha sidolomásterroríficoquehevistoenmivida. Cerré los oj os con fuerza y las lágrim as que inundaban m is oj os resbalaron por m is m ej illas. Am erica m e ofreció su m óvil. —Tienes que llam arlo. Al m enos tienes que decirle que estás bien. —Está bien, lo llam aré. Volvió a ofrecerm e el m óvil. —No, vas a llam arlo ahora. Cogí el teléfono y acaricié las teclas, m ientras intentaba im aginar qué podía decirle. Me lo arrancó de la m ano, m arcó y m e lo devolvió. Suj eté el teléfono j unto a m i oído y respiréhondo. —¿Mare? —respondió Travis, con la voz llena de preocupación. —Soy y o. La línea se quedó en silencio durante un m om ento, antes de que él, por fin, se decidiera a hablar. —¿Qué coj ones te pasó anoche? Me desperté esta m añana y te ha- bías ido… ¿Te…, te largas sin m ás y ni te despides? ¿Por qué? —Lo siento… —¿Que lo sientes? ¡Casi consigues que m e vuelva loco! No res- pondes al teléfono, te escapas y por… ¿por qué? Pensaba que, por fin, habíam os aclarado lonuestro. —Solo necesitaba algo de tiem po para pensar. —¿En qué? —Hizo una pausa—. ¿Es que… te hice daño? —¡No! ¡No tiene nada que ver con eso! De verdad, lo siento m ucho, m uchísim o. Seguro que Am erica y a te lo ha dicho. No se m e