Las dos sem anas siguientes pasaron volando. Aparte de asistir a las
clases, pasé todo el tiem po de vigilia con Travis, y la m ay or parte de ese
tiem po estuvim os solos. Me llevó a cenar, de copas y a bailar al Red, a j
ugar a bolos, y lo llam aron para dos peleas. Cuando no nos reíam os por
cualquier cosa, j ugábam os a pelearnos o nos acurrucábam os en el sofá
con Toto para ver una película. Se esforzó por ignorar a todas las chicas
que le ponían oj itos, y todo el m undo hablaba del nuevoTravis.
Cuando llegó la últim a noche que tenía que pasar en el apartam ento,
Am erica y Shepley se ausentaron sin m otivo alguno, y Travis se esfor-
zó en hacer una cena especial de Últim a Noche. Com pró vino, dispuso
las servilletas e incluso llevó a casa cubertería nueva para la ocasión.
Colocó nuestros platos en la encim era del desay uno y llevó su tabu-
rete al otro lado para sentarse delante de m í. Por prim era vez, tuve la
clara sensación de que estábam os en unacita.
—Esto está realm ente bueno, Trav. Me has tenido engañada todo este
tiem po
—dij e, m ientras m asticaba la pasta con pollo caj ún que m e había
preparado.
Él puso una sonrisa forzada y vi que estaba procurando m antener una
conversación ligera.
—Si te lo hubiera dicho antes, habrías esperado una cena así cada
noche. Su sonrisa se desvaneció y baj ó la m irada a la m esa.
Em puj é la com ida por el plato.
—Te voy a echar de m enos, Trav.
—Pero vas a seguir viniendo, ¿no?
—Sabes que sí. Y tú vendrás a Morgan a ay udarm e a estudiar com
o antes.
—Pero no será igual —dij o con un suspiro—. Tú seguirás saliendo
con Parker, estaremosocupados…, nuestroscaminossesepararán.
—Las cosas no serán tan diferentes. Soltó una sola carcaj ada.
—¿Quién iba a pensar que acabaríam os aquí sentados teniendo en
cuenta com o nos conocim os? Si m e hubieran dicho que estaría tan
hecho polvo por tener que despedirm e de una chica hace tres m eses no
lo habría creído.
Aquello m e sentó com o una patada en el estóm ago.
—No quiero que estés hecho polvo.