reaba con las palmas.
Algunas personas se levantaron para bailar con él, pero la m ay oría
solo
m iraba con una expresión de divertido asom bro.
Saltó a la m esa de al lado y Am erica gritó y aplaudió, al tiem po que
m e daba un codazo. Sacudí la cabeza: m e había m uerto y había desper-
tado en High School Musical.
Los m iem bros del equipo de fútbol am ericano tarareaban la m úsica
de fondo.
—Na, na, nanana! Na, na, na! Na na, nanana! Travis levantó el puño
que le servía de m icrófono:
—When I’m… ridin’ ‘round the world… and I’m doin’ this… and
I’m signin’
that!
Baj ó de un saltó y se inclinó sobre la m esa para acercarse m ucho a
m i cara.
—And I’m tryin’ to make some girl… tell me, uh baby better come
back, maybe next week, ‘cuz you see I’m ¡on a losin’ streak! I CAN’T
GET NO! Uh no, no,no!
La estancia siguió dando palm as al ritm o de la canción, m ientras el
equipo de fútbol gritaba su parte:« HEY, HEY, HEY!».
—I can’t get no! I can’t get no! Satis-faction!—m e cantó, sonriendo
y sin aliento.
Todo el local estalló en aplausos e incluso se oy eron unos cuantos
silbidos.
Moví la cabeza de un lado a otro, después de que m e besara en la
frente. Finalm ente, se levantó e hizo una reverencia. Cuando volvió a
sentarse delante de mí,dijo entre risas:
—Bueno, y a no te están m irando, ¿verdad?
—Gracias. De verdad que no deberías haberte m olestado —respondí.
—¿Abs? —Levanté la m irada y vi a Parker de pie al final de la m esa.
De nuevo recaían en mí todas las miradas.
—Tenem os que hablar —dij o Parker, que parecía nervioso. Miré a
Am erica, a Travis y después a Parker.
—¿Por favor? —m e rogó, hundiendo las m anos en los bolsillos.
Asentí y lo seguí fuera. Pasó de largo las ventanas hasta llegar a la