Lo m iré llena de asom bro, m ientras toda la estancia se volvía hacia
él. Travis sacudió la cabeza de arriba abaj o un par de veces, siguiendo
el ritm o de su cabeza.
Shepley cerró los oj os.
—Oh, no. Travis sonrió.
—… get no… sa… tis… faction —siguió cantando—.I can’t get
no… sa-tis-fac- tion, ‘Cuz I’ve tried… and I’ve tried… and I’ve tried…
and I’ve tried…—Se subió encim a de la m esa m ientras todo el m undo
lo m iraba—.I CAN’T GET NO!
Señaló a los j ugadores de fútbol que estaban al final de la m esa y
sonrieron.
—I CAN’T GET NO!—gritaron al unísono, m ientras el resto de la
estancia dabapalmassiguiendoelritmo.
Travis cantaba usando su puño com o m icrófono.
—When I’m drivin’ in my car, and a man comes on the… ra-di-o…
he’s tellin’ me more and more… about some useless in-for-ma-tion!
¡Supposed to fire my i- ma-gi-na-tion! I CAN’T GET NO! Uh no, no, no!
Pasó bailando j unto a m í, cantando a su m icrófono im aginario.
Toda la habitación cantaba en arm onía: HEY, HEY, HEY!
—That’s what I’ll say!—rem ató Travis.
Cuando em pezó a m over las caderas, desató unos cuantos silbidos y
gritos de las chicas allí presentes. Volvió a pasar j unto a m í para cantar
el estribillo en el otro extrem o de la habitación, con los j ugadores de
fútbol am ericano com o sus coristas de apoyo.
—¡Yo puedo echarte una m ano! —gritó una chica del fondo.
—… cuz I tried, and I tried, and I tried…—cantó él.
—I CAN’T GET NO! I CAN’T GET NO!—cantaban sus coristas.
Travis se detuvo delante de m í y se inclinó.
—When I’m watchin’ my TV… and a… man comes on and tells
me… how white
my shirts can be! Well, he can’t be a man, ‘cause he doesn’t smoke…
the same cigarettes as me! I can’t… get no! Uh no, no, no!
Todo el m undo daba palm as siguiendo el ritm o, m ientras los del
equipo de fútbol entonaban:
—HEY, HEY, HEY!
—That’s what I say!—cantó Travis, señalando al público que lo co-