Maravilloso desastre Maravilloso Desastre | Page 141

Capítulo 9 Promesa Finch sacudió la cabeza. —Vale, entonces, ¿estás con Parker o con Travis? Estoy confuso. —Parker no m e habla, así que eso está bastante en el aire ahora m ism o — dije,balanceándomeparareajustarmelamochila. Soltó una bocanada de hum o, y después se quitó un poco de tabaco de la lengua. —Entonces, ¿estás con Travis? —Som os am igos, Finch. —Te das cuenta de que todo el m undo piensa que tenéis uno de esos pactos de am igos con derecho a roce y que os negáis a adm itirlo, ¿verdad? —Me da igual. Que la gente piense lo que quiera. —¿Y eso desde cuándo es así? ¿Qué pasó con la nerviosa, m isteriosa y reservada Abby que conozco y quiero? —Murió por el estrés de tantos rum ores y suposiciones. —Qué m al. Voy a echar de m enos señalarla y reírm e de ella. Le pegué un m anotazo a Finch en el brazo, y se rio. —Bueno, y a va siendo hora de que dej es de fingir —dij o él. —¿A qué te refieres? —Cariño, estás hablando con alguien que se ha pasado la m ay or parte de su vida fingiendo. Se te ve venir a la legua. —¿Qué intentas decir? ¿Que soy lesbiana y m e niego a salir del armario? —No, que ocultas algo. La chica recatada y sofisticada, con cha- quetas de punto y que va a restaurantes elegantes con Parker Hay es…, esa no eres tú. O bien eras una estríper de pueblo o bien has estado en rehabilitación. Apuesto por la segundaopción. Solté una gran carcaj ada. —¡Eres un adivino terrible! —Entonces, ¿qué secreto guardas?