Maravilloso desastre Maravilloso Desastre | Page 139

allá. —Travis… —dij o con un suspiro, antes de poner los oj os en blanco—. Olvidadlo. La expresión de Am erica dem ostraba terquedad. —Dem onios, no, no puedes sim plem ente… Dej ó la frase en el aire cuando Travis se sentó y pasó el brazo por detrás de m í. —¡Joder! ¿Todavía no han traído la com ida? Nos reím os y brom eam os hasta que el restaurante cerró; después nos m etim os en el coche para volver a casa. Shepley subió las escaleras llevando a Am erica a caballito, pero Travis se quedó detrás y m e tiró del brazo para que no los siguiera de inm ediato. Se quedó observando a nuestros am igos hasta que desaparecieron tras la puerta y entonces m e ofreció una sonrisa de pesar. —Te debo una disculpa por lo de hoy, así que lo siento. —Ya te has disculpado. Está bien. —No, m e he disculpado por lo de Parker. No quiero que pienses que soy una especie de psicópata que va por ahí atacando a la gente por cualquier nim iedad—dijo él—, pero te debo una disculpa porque no te defendí por la razón correcta. —¿A qué te refieres? —le aprem ié. —Salté porque dij o que quería ser el siguiente de la cola, no porque se estuviera m etiendocontigo. —La sim ple insinuación de que hay una cola es razón suficiente para que m e defiendas, Trav. —A eso voy. Estaba cabreado porque interpreté que quería acostarse contigo. Después de asim ilar lo que Travis quería decir, lo cogí por am bos lados de la cam iseta y apoy é la frente contra su pecho. —¿Sabes qué? No m e im porta —dij e, levantando la m irada hacia él—. No m e im porta lo que diga la gente, o que perdieras los estribos, o que le hicieras una cara nueva a Chris. Lo últim o que quiero es tener m ala fam a, pero estoy cansada de darle explicaciones a todo el m undo sobre nuestra am istad. Se pueden ir todos aldiablo. La m irada de Travis se endulzó, y las com isuras de su boca se cur-